Buenas bibliotecas las hubo en Pinarejo en casa de los principales latifundistas del pueblo. Una de las estas bibliotecas estuvo situada en casa de Belinchón Ruiz Zorilla. Recuerda mi padre aquella biblioteca hacia el año 1930 y en sus estanterías grandes tomos encuadernados en piel de cabrito. De todos los libros le llamaba a mi padre la atención uno que contaba la historia de la Papisa Juana.
“El primero que parece haber tenido conocimiento de la leyenda fue el cronista dominico Jean de Mailly (Archiv der Gesellschaft fur altere deutsche Geschichte, xii, 17 sq., 469 sq.) de quien otro dominico, Etienne de Bourbon (1261), adoptó la historia y la incluyó en su trabajo sobre los "Siete dones del Espíritu Santo".
En dicho relato, la supuesta papisa se ubica alrededor del año 1100 y aun no se le pone nombre. La narración dice que una mujer muy talentosa, vestida como un hombre llegó a ser notario de la Curia, después cardenal y finalmente Papa; que un día esta persona salió a montar y en esta ocasión dio a luz un hijo; que entonces fue atada a la parte posterior de un caballo, arrastrada alrededor de la ciudad, apedreada por la gente hasta morir y enterrada en el sitio mismo donde falleció; y que ahí fue puesta una inscripción que decía lo siguiente: "Petre pater patrum papissae prodito partum". Durante su mandato, añade la historia, fueron introducidas las témporas, que por eso eran llamadas los "ayunos de la papisa".
Más tarde con la guerra civil y el saqueo de las casas más notables desaparecería esta biblioteca terminando muchos de sus libros o abandonados en alguna una cámara o siendo pasto de las llamas.
Entre los saqueos que se produjeron en aquellas fechas figuran los siguientes:
- Saqueo de la casa de Dña Asunción Belinchón llevándose cuantos enseres había en la misma.
- Saqueo de la casa curato llevándose cuanto existía. Estaba de cura por aquellas fechas D. Francisco Villajos Valverde.
- Saqueo de la casa de D. Jesús Olmedilla García, requisando cuanto existía en la misma, entre ellos enseres y objetos de uso doméstico.
- Saqueo de la casa de D. Miguel Belinchón Ruiz Zorilla, requisando cuanto existía en la misma, entre ellos enseres y objetos de uso doméstico.
- Saqueo de la casa de D. Francisco Sandoval Fontes.
- Saqueo de la fabrica de aceite propiedad de Juan Antonio García García llevándose entre otras cosas 800 arrobas de aceite.
- Saqueo de la casa de D. Eulogio Jover llevándose apeos, enseres y granos.
- Saqueo de la iglesia parroquial: quemas de imágenes, saqueo de altares, destrucción de objetos de culto y del órgano.
Esta relación se presentó por el ayuntamiento de Pinarejo, nada más acabar la guerra, a petición de Órgano Superior. Junto a ella figuraban los nombres de los sospechosos de haber cometido los atropellos. Se omiten los nombres y apellidos con tal de no levantar suspicacias.
“El primero que parece haber tenido conocimiento de la leyenda fue el cronista dominico Jean de Mailly (Archiv der Gesellschaft fur altere deutsche Geschichte, xii, 17 sq., 469 sq.) de quien otro dominico, Etienne de Bourbon (1261), adoptó la historia y la incluyó en su trabajo sobre los "Siete dones del Espíritu Santo".
En dicho relato, la supuesta papisa se ubica alrededor del año 1100 y aun no se le pone nombre. La narración dice que una mujer muy talentosa, vestida como un hombre llegó a ser notario de la Curia, después cardenal y finalmente Papa; que un día esta persona salió a montar y en esta ocasión dio a luz un hijo; que entonces fue atada a la parte posterior de un caballo, arrastrada alrededor de la ciudad, apedreada por la gente hasta morir y enterrada en el sitio mismo donde falleció; y que ahí fue puesta una inscripción que decía lo siguiente: "Petre pater patrum papissae prodito partum". Durante su mandato, añade la historia, fueron introducidas las témporas, que por eso eran llamadas los "ayunos de la papisa".
Más tarde con la guerra civil y el saqueo de las casas más notables desaparecería esta biblioteca terminando muchos de sus libros o abandonados en alguna una cámara o siendo pasto de las llamas.
Entre los saqueos que se produjeron en aquellas fechas figuran los siguientes:
- Saqueo de la casa de Dña Asunción Belinchón llevándose cuantos enseres había en la misma.
- Saqueo de la casa curato llevándose cuanto existía. Estaba de cura por aquellas fechas D. Francisco Villajos Valverde.
- Saqueo de la casa de D. Jesús Olmedilla García, requisando cuanto existía en la misma, entre ellos enseres y objetos de uso doméstico.
- Saqueo de la casa de D. Miguel Belinchón Ruiz Zorilla, requisando cuanto existía en la misma, entre ellos enseres y objetos de uso doméstico.
- Saqueo de la casa de D. Francisco Sandoval Fontes.
- Saqueo de la fabrica de aceite propiedad de Juan Antonio García García llevándose entre otras cosas 800 arrobas de aceite.
- Saqueo de la casa de D. Eulogio Jover llevándose apeos, enseres y granos.
- Saqueo de la iglesia parroquial: quemas de imágenes, saqueo de altares, destrucción de objetos de culto y del órgano.
Esta relación se presentó por el ayuntamiento de Pinarejo, nada más acabar la guerra, a petición de Órgano Superior. Junto a ella figuraban los nombres de los sospechosos de haber cometido los atropellos. Se omiten los nombres y apellidos con tal de no levantar suspicacias.
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