viernes, 17 de junio de 2011

CRUCE DE CALLES: CANTARRANAS DIVINA PASTORA Y F. OLMEDILLA

                                                                           

Recoge esta fotografía el rompiente entre dos calles ¿Creo que está equivocado el título que se le ha puesto de calle de Cantarranas? Una es la calle de la Divina Pastora que es la que surge a mano izquierda y la otra es la de D. Federico  Olmedilla que en su tramo final enlaza con la Calle de Santa Ana. Como siempre es la singularidad de la fotografía lo que llama la atención reconvirtiendo algo que en sí no tendría más importancia en una fotografía singular. Tanto de una y de otra calle ya hemos escrito en su momento con motivo de otras fotografías, no obstante hay que hacer especial mención en algo que yo creo que es primordial para entender la trama urbana de nuestro pueblo, me refiero concretamente al buen aprovechamiento que se ha hecho de los diferentes espacios para crear un circuito de calles y de edificaciones totalmente incorporadas al medio natural.

CALLE DE D. FEDERICO OLMEDILLA
Sin avisar y a tientas
como si fuera un rumor leve del agua
al acercarse a las playas
para acariciar las mejillas de la arena
la muerte llega y se lleva
vestida para la ocasión con velo y agria sonrisa
la vida
que se esfuma
convertida en celeste luz apurada
y en llama de candil que se va apagando día a día
hasta caer en la oclusión.

Una mano de textura tangible y áspera
que vaga por los rincones sombríos
de las llanuras sin luz
corta las ansias de vivir
de un cuerpo y su alma
amarrados a un fatal destino
a la hora en que los pájaros nocturnos,
otean en las sombras
desde las ramas de las oliveras,
a la espera de caer sobre sus presas
que por desconocer no saben
lo que hay más allá del lindero
donde apaciblemente duermen
desde tiempos inmemoriales.

En una noche ligera y sin luna
sombras vestidas con un espeso plumaje negro
como el carbón de una mina
tocan en las puertas y llaman
al hombre que quiso a su pueblo
y se lo llevan como si jugaran al escondite
hacia las verdes praderas de la Veguilla
allí donde la tenue hierba le espera
para que le de un beso de despedida.

A la espera, siempre a la espera,
se alza la calle imponente para decir
“Aquí nació y vivió D. Federico Olmedilla García,
Hijo Predilecto de Pinarejo, con él os dejo.

José Vte. Navarro Rubio

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