lunes, 13 de junio de 2011

EL JUEVES LARDERO

Todos recordamos, de no ser así ahora es la ocasión de evadirse y hacer volar la imaginación, la fiesta del jueves lardero que se celebraba en Pinarejo y el resto de pueblos de las zonas rurales y no rurales de la amplia geografía peninsular. Como bien se sabe es una fiesta religiosa cuya raíz “lardus” nos indica claramente su origen en la Edad Media, cuando el castellano se estaba separando del latín. Llegaba esta festividad el jueves de la semana anterior a la del Miércoles de Ceniza, inicio de la Cuaresma, tiempo litúrgico al que el Cristianismo imprimió el valor de período de limpieza, purga o purgatorio.

Jueves Lardero viene de (lardus= tocino, gordo, carne gorda, grasa,). En el léxico de muchas zonas quedaron lardero, lardear, ladrear, ladreo Estas palabras hacen referencia explícita a las antiguas celebraciones.

En este día estaba permitido todo tipo de excesos en la consumición de productos cárnicos.

Su celebración se recoge en todas las Comunidades del Estado Español, bajo el denominador común “jornada al aire libre con la gastronomía como protagonista principal.”
En Aragón, longaniza, chorizo y carne a la brasa.
En Cataluña, tortilla con butifarra y coca de chicharrones.
En algunas zonas de Andalucía, el hornazo.
En Castilla La Mancha, el panecete o panecillo.
En la Comunidad Valenciana: la mona de Pascua y el Cocodrilo

En Pinarejo se aprovechaba la tarde del jueves, lardero, para salir al campo. Eran excursiones que se realizaban en aquella época en compañía de D. José, el maestro. En casa las madres preparaban una merienda (tortilla de patatas o embutido: chorizos, morcillas) que después hacía nuestras delicias. Las zonas a visitar solían ser aquellas donde más arbolado había con el fin de disfrutar del día y de recibir algún tipo de lección magistral. Mi hermano recuerda mejor que yo aquellas salidas hacia la zona del Rubial y regreso después hacia la carretera del Castillo donde había una pequeña huerta con un gran nogal. Allí cada uno solía sacar su merienda del talego y merendar a la sombra de aquel majestuoso árbol que en el lugar había crecido y asombraba a todos por su porte y grandaria.

Como decía el Arcipreste de Hita en Don Carnal y doña Cuaresma:

"Estando a la mesa con don Jueves Lardero
Truxo a mí dos cartas un ligero trotero”

O aquel de Juan de la Encina que también decía:
"Hoy comamos y bebamos
y cantemos y holguemos,
que mañana ayunaremos…
….Comamos, bebamos tanto
hasta que nos reventemos
que mañana ayunaremos"

Refrán: "La oración de Zumaque: para trabajar no te mates"

Como se ve era normal que se cometieran en esos días ciertas licencias gastronómicas, pues a continuación ya se sabía lo que venía: dieta absoluta.

De la importancia de la fiesta, de su popularidad y respeto da fe la siguiente anécdota:

"Llevaron a bautizar en cierto pueblo a un niño nacido el jueves de
carnaval, Jueves Lardero.
¿Cómo se va a llamar el niño?, - pregunta el Señor Cura.
Jueves Lardero, - responde el padre.
Pero, hombre, ¿está usted loco? - Replica el cura.
Y, el padre,
Señor cura, el santo del día a nadie se le niega"

En Pinarejo se solía aprovechar también este día para coger los niños y mozos las raíces de unos arbustos que crecían en la zona del Rubial y después fumar la raíz. Eran unas raíces muy porosas. El ritual consistía en cortarlas en pequeños tacos a los que se acercaba una cerilla y después solo quedaba acercase a la boca el cigarro de raíz de fumaque e ir consumiéndolo. Había que ver que bien se organizaba el ritual de fumar y que bien fumaban los mozos la raíz, como si lo hubieran hecho toda la vida. Yo creo que habría que volver a institucionalizar este ritual. Algo parecido he visto después en las películas de indios y vaqueros cuando el gran jefe indio sacaba la pipa de la paz y los demás a su alrededor esperaban el turno para pegarle una caladita.

Esta ceremonia venía a significar en Pinarejo algo así a lo que se podría llamar cambio de estatus, ya que pasabas de ser un mocoso a ser todo un mozo. Yo me quedé a las puertas y desde entonces en mí hay un déficit, no de aportes de vitaminas, más bien de ritual. Me faltó una pizca, que lastima, creo que algún día de esos que vaya por el pueblo intentaré cumplir con el ritual y dar un par de caladas a una buena raíz de fumaque: zumaque. Ya les diré como me queda el cuerpo.

Como siempre ahí van una letrillas mías:
            I
Zumaque se llamaba
la planta que crecía
en el camino del Rubial
de ella se fumaba su raíz
y era tal el humo que desprendía
que los tábanos espantados huían.

         II
Jueves lardero
coge un bocadillo
que vamos al Rubial
a merendar y a fumar
de esa planta que crece
junto al sendero
desde los tiempos
en que le salieron
los dientes a mi abuelo.

José Vicente Navarro Rubio

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