martes, 14 de junio de 2011

HABLEMOS DE PINAREJO DE FORMA POSITIVA

Cuando se hable del pueblo se debería hacer de una forma positiva. Quiero decir con esto que tenemos que ser cuidadosos a la hora de expresarnos y que debemos contribuir con nuestros escritos a crear unas páginas modélicas.

Sin necesidad de herir sentimientos podríamos hablar de gastronomía, de historia, de leyendas, de anécdotas. Esto serviría para enriquecernos culturalmente y para que se den a conocer nuestros rasgos particulares y nuestra impronta meseteña dentro de las coordenadas geográficas de la subcomarca conocida con el nombre de La Mancha.

Tiene nuestro pueblo una historia muy antigua con restos que van más allá de la Edad del Bronce Antiguo. Quedan en el término de nuestro pueblo restos de la época ibérica pendientes de excavar de forma metódica. Se encuentra cerca de nuestro pueblo una antigua vía romana, el llamado camino Murciano, que descendía desde Zaragoza, pasaba por Segobriga y cruzaba la meseta en dirección hacia Murcia. Muchos de los brocales de nuestros pozos antiguos eran de época romana. No hay nada más que mirar el libro de las vías romanas en la provincia de Cuenca para entender el tema.

Nuestro pueblo en la época medieval estuvo unido en su destino a la mesta de ganado lanar y perteneció durante largo tiempo como aldea o lugar al Castillo de Garci-Muñoz hasta que se liberó de este yugo. El infante D. Juan Manuel en su libro de la caza, escrito en el Castillo de Garci-Muñoz donde vivía como Señor de estas tierras, describe ciertos lugares donde iba a cazar en barca. El llamaba a ese lugar el Páramo y cuenta que en el lugar había una zona encharcada que podría ser el Charcón. Tuvimos en el siglo XVIII un gran erudito Jacome Capistrano de Moya. Fue este personaje uno de los primeros descubridores de Segobriga, como no podía ser de otra manera  le persiguió, por sus ideas, la inquisición muriendo fuera del pueblo.

Nuestro pueblo ha tenido poetas, periodistas, abogados, ingenieros de caminos....etc. La guerra civil no hizo grandes estragos en el pueblo y sus jóvenes y mayores, en edad de combatir, lo hicieron donde por zona les tocó. Quedan de aquella época ya rondando los 90 años algunos paisanos pertenecientes a la llamada quinta del biberón. Después de la guerra civil vinieron años de hambre y muchos fueron los que tuvieron que emigrar preferentemente a Francia, Madrid, Valencia, Alicante, Ibiza. Gente honrada y trabajadora han continuado desde su destierro forzsoso/voluntario queriendo al pueblo y fruto de ese amor a su tierra y gentes está el hecho palpable de que la mayoría continúan conservando sus bienes en el pueblo.

Me agradaría que los vecinos residentes en el pueblo entendieran a estos otros vecinos que de forma intermitente de vez en cuando acuden al pueblo en momentos señalados para respirar, recorrer sus calles y sobretodo para recordar y sentirse identificados con su tierra.

Querer al pueblo no es difícil. Lo que si es difícil es no poder ser entendidos.

Invito al Ayuntamiento de Pinarejo y a su alcaldesa a que desde las competencias que tiene atribuidas ayude con algún tipo de campaña, acto cívico, a que se estrechen si puede ser más los lazos entre los vecinos residentes y pinarejeros/as foráneos.

José Vte Navarro Rubio

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