A TODAS LAS MUJERES DEL MUNDO
A la gallarda mujer de aquellos días
de mirada serena y eterna sonrisa
que desde los silencios de la noche
y hasta los atardeceres de luz caída
luchaba y empeñaba su vida
por sacar hacia adelante a su familia.
A la mujer de todos los tiempos
y de todos los días,
a la que nos cantaba canciones de cuna,
a la que nos quería,
a la que por nosotros se desvivía.
A todas las madres del mundo
por ser madres y amigas,
por pensar más en nosotros
que en lo suyo,
por hacernos la vida alegre,
por no pedirnos nada a cambio
en ningún momento de nuestras vidas.
A ellas, solo a ellas,
por ser eternas guardianas
de nuestras costumbres,
por ser como el agua de las fuentes
sus palabras claras, clarísimas,
y sus miradas siempre limpias.
A nuestras madres y a todas las madres,
y a las hermanas, compañeras y primas,
cuñadas, abuelas, amigas y sobrinas,
¡a todas sin distinción alguna,
de raza, patria, ideología y religión!
por ser muda inocencia
y porque madre sólo hay una.
A esas madres,
ya vencido el día
y la luna en el cielo recelosa,
quiero felicitarlas
de forma permanente
ahora que se acercan las Navidades
con esta desinteresada poesía.
José Vte Navarro Rubio
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