jueves, 16 de junio de 2011

REPARTO DE LA PROPIEDAD EN PINAREJO

Cuando hablamos con nuestros mayores sobre el tema de la post-guerra y te intentan explicar como eran aquellos días se hace difícil entender, como era el hambre que se pasaba y hasta que punto la pobreza inundaba las casas. Se vivía para trabajar y para sobrevivir a duras penas y lo poco que se sacaba apenas llegaba para cubrir las necesidades más mínimas. Y esto era así en la mayoría de las casas del pueblo con un inconveniente añadido que a medida que el pueblo iba aumentando en cuanto a número de habitantes las propiedades se iban cada vez sub-dividiendo más y más hasta el punto de que lo que se recogía no daba para satisfacer al Estado / Gobierno las cuotas que había que abonarle en función del terreno que se tenía y de lo que se cosechaba.

Restadas las grandes fincas cuya propiedad pertenecía a las familias más adineradas del pueblo el resto de propiedades estaba tan subdivididas que no daban para más que no fuera una economía de subsistencia, de 7 a 10 hectáreas, a parte unos pocos terrenos plantados de olivos/viñas Esta es la media que podemos establecer para comenzar a entender que estos índices no eran suficientes para sacar hacia delante una casa.

La historia agraria del pueblo se mueve entre estos hilos. El momento más álgido en lo que se refiere al número de hectáreas por propietario se correspondería con finales del siglo XIX y primer tercio del siglo XX. ¿Por quë? Principalmente por dos cuestiones:

1º Índices de mortalidad muy elevados lo que provocaba que el reparto de tierras fuera mínimo entre los herederos.

2º Puesta en venta de tierras que eran compradas por los pequeños propietarios. Lo que se ganaba realizando jornales sé reinvertía en comprar pequeñas parcelas de tierra.

A partir de estos indicadores y teniendo en cuenta el sistema de trasmisión de propiedades dominante, en Castilla La Mancha, en que heredan tierras todos los miembros de la unidad familiar: varones y hembras, se puede entender todo lo demás. A mayor número de habitantes mayor reparto de tierras y mayor pobreza.

Pongamos un caso práctico en lo que e refiere a mi línea materna:

Mi abuelo dejó en herencia: Unas 20 hectáreas de tierra de labranza y unos 300 olivos. Los miembros de la unidad familiar eran 6 hijos / as, de ellos dos fallecidos siendo menores de edad y cuatro herederos. A la hora de subdividir la herencia correspondió a cada heredero 5 hectáreas de terreno y 60 olivos. Si continuamos haciendo subdivisiones de padres a hijos nos damos cuenta que al final el tema resulta patético. Las propiedades se subdividen tanto que no dan para poder vivir del campo. Es de esta forma como se puede entender el hecho de la emigración como una necesidad imperiosa de salir del estado de pobreza que provocaba el propio sistema de reparto de propiedades de Pinarejo y de toda la Castilla La Mancha.

El fuero de Cuenca, del año 1189, es muy claro en este sentido:

-Todo hijo herede los bienes de su padre y de su madre, tanto muebles como raíces.
-Los hijos estén bajo la potestad de sus padres y sean hijos de familia, hasta que contraigan matrimonio. Y hasta esos momentos, todo lo que adquirieran o consigan los hijos, sea íntegramente de sus padres y no puedan quedarse para ellos con nada contra su voluntad.

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