viernes, 17 de junio de 2011

A UN PAREDÓN BLANCO

Se preguntarán el por qué de esta fotografía. Es muy fácil. Pura geometría. Mira que es difícil encontrar en todo Pinarejo una pared de corral o patio tan recta y blanca como este. Parece como si la pared se quisiera proyectar más allá de los limites de ese territorio para el cual fue concebida y se quisiera ir en pos de los campos que se ven más allá de donde acaba el entramado urbano de esa calle.

Relacionado con este tema del encalado y deL enjalbegado. Hay una equivocación de partida en el buen uso de la palabra. Lo que realmente se hace en el pueblo es encalar que consiste en hacer una mezcla de cal con agua y en todo caso aplicar algún pigmento para realzar más el color que casi siempre suele ser blanco, cosa diferente es la jabelga, enjalbegar, del latín exalbicare, blanquear. Esto último es la mezcla compuesta de cal, áridos, pigmentos minerales y agua. La operación de aplicación de la jabelga se denominaba jalbegar o enjalbegar. La jabelga duraba más que el encalado debido a los componentes que llevaba la mezcla, áridos, lo que hacia que el espesor de esta capa protectora fuera mayor que el simple encalado.

Dicho esto doy por terminado el comentario sobre la fotografía. El muro debe estar situado en la calle Ruescas o Carranza.


La línea recta es la que nos lleva
desde los límites del pueblo
hasta las mismísimas afueras.

Se desliza el paredón
y con su blancura nos deja
retazos de recuerdos
de aquellos tiempos
en que Pinarejo era
como el agua a la cal
y el lienzo
a la mano del pintor diestra
un continuo ir y a venir
a la búsqueda de esas frescuras
que había más allá
de los dinteles de las puertas.

José Vte. Navarro Rubio

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