jueves, 16 de junio de 2011

VIEJA PARRA DE LA CALLE NUEVA

                                                                             

Esto de comentar fotografías aunque parece fácil es complicado porque en primer lugar te tienes que conocer el paisaje a la perfección; en segundo lugar lo tienes que saborear; en tercer lugar le tienes que meter alma y en cuarto lugar te tiene que entrar la inspiración. Llegado a este punto toca plasmar aquellas impresiones que tú has intuido, pero al mismo tiempo intentando que lo que tu vas a plasmar coincida en algo con lo que el fotógrafo intentó retratar, en esto naturalmente ayuda mucho el pie de la fotografía.

No hace falta preguntar que calle es de la que estamos hablando. Es la calle Nueva y esa parra la recuerdo de toda la vida, creo que en la fachada de la casa del Chafao. Busca la parra el extenderse a lo largo de la vertiente izquierda de la calle a través de paredes y en esa búsqueda de nuevos espacios la parra se aprovecha de cualquier saliente, aunque sea de una caja de registro de electricidad para continuar ascendiendo en su búsqueda eterna de luz y nuevos espacios en los que ser una huésped eterna de las paredes por las que transitan sus brazos.

Yo recuerdo desde siempre esta parra y estaréis conmigo en que la calle sería diferente sin ella. Actualmente, y al igual que en otras calles del pueblo, faltan muchos vecinos y establecimientos a los que solíamos acudir para realizar gestiones: ultramarino, horno, estafeta de correos, pero a pesar de eso continua siendo la calle Nueva, aunque en Pinarejo después de estas calles se abrieron otras: Pocillo, Las Cruces, José Pareja, Melgarejo, Santana, Ruescas, Carranza,Tesillo, Colorín, Tercia, Divina Pastora, Cantarranas y Miguel Olmedilla.

Creo que esta parra es de las pocas que quedan dentro del casco urbano de Pinarejo. Por ello en este escrito se demuestra este aprecio tan especial.

Sabíamos y sabemos, entre otras cosas, que estábamos y eStamos en la calle Nueva por la parra. Intentemos pues que la parra siga siendo una brújula para muchos de nosotros. Si los vascos tienen su árbol de Guernica nosotros tenemos nuestra parra en la calle Nueva a la cual dedico esta poesía:

A UNA VIEJA PARRA DE LA CALLE NUEVA
Parra feliz que te elevas y escapas
hacia las superficies con sabor a pueblo de unas paredes
desde las cuales contemplar la calle que te vio nacer
y en la que el paso del tiempo se hace tan lento
que no te da tiempo a dar frutos ni a crecer.

Elevas, parra, tu cintura hacia el infinito y extiendes tus brazos
y como si fueras un acróbata del circo
te pendes en el espacio, revuelves y sujetas de la pared,
una y otra vez,
siempre a la búsqueda de ese perfecto equilibrio
que alguien te dio al nacer!

Y en ese desvelo por hacerte ver
es donde radica tu única razón de ser
desde el mismo día ¿Dios que día fue?
en que amaneciste entre luces vespertinas
en una calle denominada Nueva
que te acogió
a la hora en que el rocío bajaba desde lo mas alto
hasta allí donde la tierra trasmite tantas esperanzas
que parece un pecho siempre disputo a cantar arias
en las horas en que el pueblo entero respira
por todos sus poros sueños profundos.

Es ahora parra, amiga, ¡ahora, si, ahora!
cuando disfruto de tu presencia, aquí,
a sabiendas que del vivir al morir
se pasa en unas décimas de segundo
¿y después que....?


José Vte Navarro Rubio

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