Duerme la ciudad
y como si fuera
un hormiguero
poco a poco van saliendo
las personas
y se va llenando
este paseo marítimo,
hasta hace poco vacío,
de improvisados corredores,
de ciclistas,
de paseantes de perros
y de madrugadores
transportadores de sillas
que corren hacia la playa abierta
para buscar una primera línea
como si solo allí vinieran a caer
los rayos del sol
o como
si de ese contacto con el agua
dependiera el vivir
más o menos años.
Algo dice en esta mañana
que la situación europea
continua en coma etílico,
lo veo reflejado
en las copas
simétricas de las palmeras
atacadas por el picudo,
en el crecer desigual del césped
y sobre todo
en el andar de las personas
sin rumbo fijo.
Intuyo que ¡Vaya negocio el de Alemania
con tanto riesgo y países en apuros!
En estas horas de la mañana
nadie se cree en esta playa
que los vaivenes de la bolsa
ni la forma de actuar
del Banco Central Europeo
no sea una estrategia
y más cuando leo,
Alemania se queda sola como espacio
de refugio para la inversión.
Desisto de mi empeño y continuo.
José Vte. Navarro Rubio
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