Leo sobre el aborto y la eutanasia
y no entiendo
a este buen hombre llamado Benedicto XVI
y al mismo tiempo me pregunto:
¿Que será de esos pobres de Somalia?
y pienso:
que complicado somos los humanos
y como pasamos de lo que ocurre en el mundo.
Jóvenes de todo el mundo
vienen hasta Madrid
y expresan:
¡Que vea todo el mundo que los católicos
no somos aburridos!
y yo me asombro y grito:
jóvenes del mundo no es cuestión de ser
más o menos divertidos
sino de ser solidarios
con esos pobres de Somalia
que hacen de su vida un perpetuo ayuno.
Cánticos y aleluyas
se oyen por las calles de Madrid
a esas horas en que en Somalia
mueren seres humanos de hambre
y yo me asombro
de que en pleno siglo XXI
Somalia se pueda convertir
en un campo sembrado de cadáveres
mientras una parte del mundo
está pendiente de otros CRISTIANOS asuntos.
José Vte. Navarro Rubio
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