No es Homero,
el héroe de la Iliada
y de la Odisea
el que a tu búsqueda viene
pequeña Lampedusa,
son pobres y sufridos subsaharianos
sin agua, víveres,
y ya las esperanzas perdidas
los que llegan a tus lejanas costas
para poder reiniciar una nueva vida
lejos de la tiranía
de los gobernantes injustos
y de las tierras estériles.
Toda una vasta odisea
la de esos pobres seres
que salen de sus tierras,
a la búsqueda incansable
de nuevas patrias por descubrir
y de nuevas formas de vida.
En ataúdes flotantes
hacen la larga travesía nayores y niños
a riesgo de perecer
antes de llegar a ese paraiso ficticio
que son las viejas tierras de Europa.
Lampedusa es,
en ese mar Mediterráneo
convertido en gran tumba,
una esperanza a la que se quieren acoger
esos miles de subsaharianos
que en barcazas salen de las costas africanas
buscando poco más que libertad y trabajo.
Una humanidad cruel
se levanta cada mañana
sin querer saber nada
de lo que ocurre
en el tercer mundo,
bastante, dicen,
tienen ellos con lo suyo,
sic transit gloria mundi.
Los siglos pasan
pero la historia se repite
cuanto desatino
y siempre pagan los mismos.
José Vte.Navaro Rubio
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