viernes, 28 de octubre de 2011

JUAN DE CAVALLÓN Y LA CONQUISTA DE COSTA RICA


En la historia genealógica de Costa Rica aparece la siguuiente información sobre la conquista

La Conquista de Juan de Cavallón.
El Licenciado Cavallón era natural del Castillo de Garcimunoz en la provincia de Cuenca, Castilla la Nueva, y siendo Alcalde Mayor de Nicaragua, 1553 a 1555, solicito poder hacer la empresa de poblar y descubrir la dicha tierra y provincia de Nuevo Cartago y Costa Rica, desde la dicha provincia de Nicaragua.
La Audiencia confirió tal poder el 30 de enero de 1560 en la Ciudad de Guatemala, haciendo además la observación de que al momento de partir desde Nicaragua hacia Costa Rica, debía dejar necesariamente el cargo que desempenaba allí.
Para realizar la empresa de conquista de Costa Rica, debió Cavallón buscarse un buen socio que pudiera aportar los dineros de que carecía, dado que los preparativos de dicha entrada demandaba muy fuertes inversiones, dinero con el que él no contaba.
Lo encontró en la persona de don Juan de Estrada Rávago, fraile de la orden de San Francisco, natural de la ciudad de Guadalajara en Castilla la Nueva, quien si regresaba a España debía devolver, según disposición real, los dineros ganados en el Nuevo Mundo. Al volverse socio capitalista de la empresa eludía de hecho la obligación de regresar y devolver el capital acumulado.
Hecha la sociedad, el licenciado Cavallón hizo su plan con su estrategia de penetración en el nuevo territorio. Agregó un instructivo para que fuera seguido por su asociado y lugarteniente el Fraile Estrada Ravago, quien saldría primero para alcanzar un objetivo concreto, la prometedora bahía de San Jerónimo o de Almirante. Debía partir de la Ciudad de Granada, embarcándose en el Lago para proseguir por la vía del Desaguadero y después salir al Mar Caribe. De seguido navegaría la costa hacia el Sur-este, hasta hallar el sitio indicado, donde habría de erigir una ciudad, a la que debía dar el nombre de Castillo de Austria.
Pocas semanas más tarde habría de partir también, pero siguiendo una ruta diferente, el propio Juan de Cavallón, quien además de traer más gente traería ganado vacuno, caballar y porcino, que le darían la oportunidad de iniciar la colonización del territorio. El documento que legalizó la expedición y el acuerdo entre los dos conquistadores aparece firmado en la Ciudad de León el 22 de setiembre de 1560, en el cual se deja constancia de que habían sido completados los preparativos y había llegado el momento de las realizaciones.
A pesar de la aportación pecuniaria de Estrada, fue necesario acudir a otras fuentes de financiación por parte del propio Cavallón. Persuadió a sus cuñados para que se le uniesen, uno de ellos Sancho de Barahona, era encomendero en Atitlán, y en nuestra provincia desempeñó el cargo de lugarteniente de general, otro, Juan de Barahona, vino como tesorero; un hijo del Oidor de la Audiencia fue Ignacio de Cota, quien aportó alrededor de diez soldados, esclavos, armas y caballos. Fungió acá como Alférez General, Factor y Veedor. Sin embargo, estas gentes tenían fuertes intereses en Guatemala, lo que probablemente los hizo regresar a su lugar de origen.
El primer contingente expedicionario pasó de Guatemala a León, en donde hizo una nueva recluta de gente y se definieron en forma más precisa los planes operativos de la conquista. Entonces sale la avanzada de Estrada Rávago, mientras se termina de preparar la que iría por tierra al mando de Cavallón.
En Nicaragua se incorporan importantes elementos humanos a la empresa, algunos de los cuales aportan caballos, víveres y armas. Entre ellos debe destacarse algunos que desempeñarían importantes papeles en la nueva tierra, tales como Antonio Álvarez Pereira, quien llegaría a ser Sargento mayor, Pedro Alonso Cano, quien fungiría como Alcalde ordinario y Juan Gallego y Miguel Sánchez de Guido, quien alcanzaría el cargo de Teniente de gobernador.
En los primeros días del mes de enero de 1561 partió de León, Nicaragua, la expedición de Juan de Cavallón a la conquista de Costa Rica.
El objetivo primario era llegar a Chomes, último lugar sometido por los españoles desde Nicoya, y en este poblado verificó el número de gente que lo acompañaba y la repartió para constituir cuatro escuadras, formada cada una de ellas por más de veinte soldados españoles.
Inmediatamente se adentraron en el territorio desconocido y después de la primera jornada se establece el Real de la Ceniza ubicado en el río Machuca, antes de su confluencia con el Jesús María. Desde allí parten expediciones que descubren el valle de la Cruz y el de Landecho, para seguir luego por el curso medio y superior del Río Grande de Tárcoles.
En la zona occidental del actual valle de Santa Ana fundaron la Ciudad llamada Castillo de Garcimunoz en marzo de 1561 y de ahí parte una escuadra al mando de Antonio Álvarez Pereira hacia Pacaca, en donde apresó a un cacique, continuó hacia los cerros que separan las poblaciones actuales de Santa Ana y Escazú, desde donde vio por primera vez el valle central de Costa Rica que nombraría más tarde como Valle de Aserrí o de Curridabat.
Más tarde la escuadra de Ignacio Cota sobrepasa el collado de Ochomogo de hoy, para llegar a descubrir el Valle del Guarco, en donde hallaron mayor población de naturales.
Dispone entonces Cavallón enviar a Nicaragua por más gente, comisionando a su cuñado Sancho de Barahona, quien se encontró con la sorpresa de que el Padre Estrada había retornado con toda su gente y se disponía a pasar con una treintena de soldados, caballos y armas a unirse a Cavallón.
Las fundaciones de Cavallón fueron dos, la primera fue Garcimunoz, la cual varió su ubicación al menos en tres oportunidades, en la primera de las cuales cambió de nombre, llamándose Cartago, que todavía conserva; la segunda fue la Villa de los Reyes y puerto de Landecho, nombre en honor de quien presidía la Audiencia de Guatemala, Licenciado Juan Martínez de Landecho.
Por el convenio firmado en León era claro que se utilizaría esa ruta para comunicarse con el lugar donde se debió fundar el Castillo de Austria. Con Landecho era posible también una pronta comunicación con Nicoya, de donde el contingente colonizador debería aprovisionarse por mucho tiempo y enlace de la vía terrestre con Nicaragua.
Según el plan original, con esta trilogía de poblados se tenía previsto cubrir todo el territorio designado y mantener comunicación terrestre y marítima entre las tres poblaciones. La noticia del abandono que hizo Estrada del Castillo de Austria fue posiblemente un gran desaliento para Cavallón, pues la estrategia debió ser replanteada y aun más, modificada en sentido estricto, dadas las expectativas sobre la riqueza prevista en San Jerónimo o Almirante.
La salida posible para la empresa era encontrar oro en los territorios dominados, pero la carencia de suficiente gente fue una limitante insalvable para Cavallón.
Álvarez Pereira el hombre fuerte de Cavallón.
Pese a que inicialmente Álvarez no figura entre los oficiales principales de Cavallón, una vez logrado el primer objetivo y asentada la expedición en el Valle de la Cruz, es escogido para comandar el grupo explorador que descubriría el Valle de Coychi, el cual recorrieron ampliamente, trayendo como botín de guerra bien valioso a Coochí, Cacique principal, y señor de esas tierras. Tal captura fue de mucho provecho para los españoles, porque los demás indios se fueron sometiendo buenamente a ellos, obsequiándoles provisiones y haciéndose sus amigos.
También fue comisionado Álvarez como Sargento Mayor, para que fuese al descubrimiento y a la conquista de la Provincia de Pacaca ( Tabarcia), donde prendió al Cacique llamado Quicarco, hermano del Cacique Coquibá, indio principal, lo que le valió la sumisión de ellos y de muchos de sus súbditos.
No lejos de Pacaca, en lo que hoy es Santa Ana, fue el Capitán Pereira quien descubrió el Valle Central y perpetuó su paso y su nombre al Real de Pereira, en los montes que separan ese Valle de las tierras conocidas hoy como de Escazú.
Fue una de los fundadores y luego vecino importante de la Ciudad de Garcimunoz; se encontraba en ella, donde tenía su casa y solar, cuando recibió orden de Cavallón para ir al valle de Garavito y prender al Cacique de su mismo nombre, tan audaz como valiente, y a su mujer y a sus hijos. El grupo encabezado por Álvarez pasó muchos trabajos tanto por las lluvias como por la falta de víveres, sin embargo lograron prender, no al propio Garavito, quien nunca se logró capturar, pero si a uno de sus súbditos que como tal se hacia pasar; también a una de sus mujeres principales, que se decía Cacica y a otros de sus indios que le acompañaban, regresando a la Ciudad con los cautivos.
De regreso de ésta expedición, siguió en son de conquista al Valle del Guarco, en donde plantó su real cerca del pueblo de Purapura, hoy el Tejar, sobre unas lomas vecinas que lo dominaban.
El valiente Cacique Garavito nuevamente salió de los montes que lo protegían en los alrededores del Río Cuarros (Jesús María), infundiendo pavor a los españoles, que lo consideraban su más terrible enemigo y a quien no podían capturar porque, como una sombra, se esfumaba en los bosques cada vez que se le perseguía. Inmediatamente que Cavallón se enteró de lo que pasaba envió ordenes al Capitán Pereira, el más valiente de los españoles ( aunque era portugués), para que saliera prontamente en su búsqueda y procediera a enfrentarlo y hacerlo prisionero.
Hacía ya sus preparativos de marcha, cuando tuvo que salir intempestivamente, a marchas forzadas, en auxilio del Capitán Miguel Sánchez de Guido, quien con veinticinco soldados había sido cercado por más de cinco mil indios emboscados, todos en pie de guerra, cuando había ido en busca de maíz. Dichosamente el auxilio del Capitán Pereira fue muy oportuno y eficaz, logrando abrirse paso entre las filas de los naturales y poner en libertad a los soldados de Sánchez de Guido entre los cuales dos de ellos, Juan López Izquierdo y Cristóbal de Obregó, los llevaban ya,  los naturales, en volandas para inmolarlos a los dioses.
Cavallón emprende la retirada.
Pese a que la llegada del Fraile Estrada Rávago alivió algunas de las necesidades de la conquista de Cavallón, no se resolvió el problema principal que era la necesidad de mayor número de gente para llevar a cabo el proceso exploratorio, que podía conducir eventualmente a encontrar oro para suplir las necesidades materiales en que se encontraban.
No cabe duda que esto va a influir en su decisión de aceptar un ofrecimiento que recibió de parte de la Audiencia de Guatemala, quienes conociendo su valía le pidieron que aceptara el cargo de Oidor en la propia Audiencia. No le debe haber sido fácil la decisión de abandonar una empresa en la cual había puesto tanto empeño, tanto esfuerzo y recursos, pero que asimismo le significó muchos sinsabores y pocas perspectivas.
Tómese en cuenta que conforme pasó el tiempo se iba produciendo un endeudamiento creciente sin que se viera por ningún lado la posibilidad de revertir el proceso. La situación se había agravado en sobremanera por la frustración del plan inicial que lo obligó a darle a Garcimunoz un papel más relevante, la conquista y colonización, sin contar con los recursos para ello, se volvió un empeño vano.
Algunos analistas han adicionado el hecho de su fracaso en el trato con los naturales, que provocó la hostilidad de algunos grupos indígenas y la poca colaboración de otros, lo que condujo a mayores dificultades y escasez.
La relación de Don Juan de Cavallón con el padre Estrada Rávago no está documentada, pero es posible dado el carácter de ambos y la relación inicial que los unió, que no fuera la óptima, con lo cual si no fue un problema, tampoco fue una solución. El disgusto que sintió Estrada con la salida de Cavallón se manifestó en sus siguientes palabras: ” el dicho licenciado Cavallón , haciéndole S.M. merced de la Plaza de Fiscal de la audiencia de México, me dejó en la dicha provincia de Costa Rica con las manos en la maza y se fue a gozar de la dicha merced…”
Tomemos en cuenta que el Fraile permaneció en Costa Rica hasta la llegada de don Juan Vázquez de Coronado con quien no logró una buena relación y debió abandonar la provincia. Cavallón a su salida no dejó a Estrada al mando de esta provincia, pero si lo nombró el Cabildo Vicario General de la Provincia y suplicando al Rey su nombramiento de Obispo de Costa Rica.
Fue así como en el año de Gracia de 1562, Cavallón abandona Costa Rica, donde quedó el Capitán Antonio Álvarez Pereira, en asocio del Capitán Ignacio de Cota, nombrado como Capitán, para continuar al frente de la Conquista. Fue en enero de ese año que Cavallón organiza su salida de la provincia y no queriendo sustraer siquiera un hombre , se dispuso a partir solo, lo cual no se los permitieron sus lugartenientes. Gracias a lo cual salvó su vida, ya que habría sido víctima de los indígenas quienes le atacaron en el camino de Garci Muñoz a Landecho.

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