domingo, 9 de octubre de 2011

SOBRE LA CONDICIÓN DEL SER HUMANO

Mucho está escrito sobre la condición del ser humano y sobre los parámetros que condicionan de una forma u otra su existencia como ser sujeto a las pasiones y a las reglas de juego preestablecidas por la sociedad. En este sentido Ruben Dario venía a expresarse de la siguiente manera:

... pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
 Ser y no saber nada y ser sin rumbo cierto...

Pero lo que más me reconforta después de dar una rápida mirada a toda la galería de filósofos y poetas que han escrito sobre el tema es lo mucho que se las ingenio nuestro D. Miguel de Unamuno y D. José Ortega y Gasset para explicar de una forma clara y precisa cual era visión sobre el ser humano y su paso por la vida. en Unamuno la inmortalidad es sobre todo una necesidad vital:

«El Universo visible, el que es hijo del instinto de conservación, me viene estrecho, esme como una jaula que me resulta chica, y contra cuyos barrotes da en sus revuelos mi alma; fáltame en el aire que respirar. Más y cada vez más; quiero ser yo y, sin dejar de serlo, ser además los otros, adentrarme la totalidad de las cosas visibles e invisibles, extenderme a lo ilimitado del espacio y prolongarme a lo inacabable del tiempo. De no serlo todo y por siempre, es como si no fuera, y por lo menos ser todo yo, y serlo para siempre jamás. Y ser todo yo, es ser todos los demás. ¡O todo o nada!»

 Don José Ortega y Gasset proclamará el inicio de un nuevo tiempo, la «aurora de la razón histórica», firmemente convencido de que la cultura moderna (cartesiana) había llegado a su fin: «El hombre, no tiene naturaleza, lo que tiene es historia; porque historia es el modo de ser de un ente que es constitutivamente, radicalmente, movilidad y cambio. Y por eso no es la razón pura, eleática y naturalista, quien podrá jamás entender al hombre. Por eso, hasta ahora, el hombre ha sido un desconocido... ¡Ha empezado la hora de las ciencias históricas! La razón pura tiene que ser sustituida por la razón narrativa... Y esa razón narrativa es la razón histórica».

Si nos damos una vuelta por el universo actual hay razones de peso para pensar que "en un mundo en que se nos plantean nuevos retos que requieren cambios en las mentalidades y en las estrategias de conocimiento, la paz se ha convertido en uno de los ejes fundamentales de la reflexión (Martínez Guzmán y Muñoz,2004: 595)"

No obstante y a la vista de un libro que descansa en un estante de mi librería que lleva por título "Cerebro y emociones" de José Antonio Jaureguí me pregunto: ¿Qué hacer cuando resulta que el cerebro es solo un puente de mando? ¿De que sirve tanta teoría si al final  todo queda circunscrito a que el dolor de piedra del riñón responde a las leyes del sistema emocional?

Cuanta razón tenía Don Ramón y Cajal cuando aseveraba que "Todo hombre si se lo proponía, podía ser escultor de su propio cuerpo".

Yo añadiría de mi cosecha una poesía sobre el tema compuesta hace muchos años. Por aquellos días me hacia muchas preguntas a las que por ahora no he encontrado contestación:

Ese misterio que es la vida
¿misterio por qué?
porque en un momento eres nacido
y en otro ido
has pasado por la vida
y no has comprendido el porqué,
luego yaces en las tinieblas
y ese misterio que ha sido
ha dejado de existir
se ha covertido en sombras que yacen
pero no pueden vivir,
por eso la vida es un misterio
la buscas y no la encuentras
es algo que está dentro de ti,
te preguntas para que has nacido
y como única respuesta te encuentras
que para morir.

José Vicente Navarro Rubio

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