Fue por aquí
donde un día
un poeta, Jorge Manrique, vino a morir
y lo hizo con elegancia
tras honrar a su padre
y escribir
con tanta cordura sobre la muerte
que tengo que decir
que desde aquellos días el morir
es tan importante como el vivir.
Total marchar de aquí
para ir hacia allí
dónde los caminos se llenan de sombras,
el alma de un miedo pueril,
los ojos se convierten en telarañas
y el corazón deja de latir.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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