Se asoman los girasoles y miran
a esas horas de la mañana
en que todavía la luz del sol
pega de pleno a la torta y le invita
a dar los buenos días.
Y emerge
entre claros y pinos
el castillo en la lejanía
vigilando
a esos sus campos,
dehesas y lagunillas
mientras las noches llegan
entre fríos y suspiros
que entran por el tiro de la chimenea
y se vienen a dormir
al fondo de las habitaciones oscuras.
Girasoles de color amarillo
sacados de los pinceles de Van Gogh
sois junto al trigo, cebada, avena y centeno
parte de ese alma noble de Castilla.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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