Se arremolina el viento
en este callejón sin salida
y entre cuchicheos pasa el día
y da gozo ver
como la vida continua
en un pueblo sometido
a la fuerza de sus costumbres
de dejar que sus hijos
se vayan más allá
de donde la vista se pierde
cuando alzas la mirada
y te dejas llevar
por ese susurro metálico
que las hojas de los árboles destilan
tras chocan unas contra otras
entre gemidos de sus ramas
petrificadas de ira y siempre justicieras.
En esos momentos justos
ves como el horizonte
desnudo de vestimenta
y desposeído de camino de herraduras
se muestra crudo
tal y como estaba en aquellos días
de duras partidas
en que unos y otros
todos hijos de hijas,
descendientes de Caín y Abel,
partían hacia otros lugares
entre solitarias vehemencias
tras expansionar el motor de arranque
de vehículos ya en deshuso
que enfilaban por aquellos caminos
como si estuvieran afectados de poliomielitis.
Autor: José Vte Navarro Rubio
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