¿Garcimuñoz, Garcimuñoz, que pasa?
oigo sonidos de cascos
que por el monte bajan
y vienen camino del castillo
para ofrecer batalla.
Despierta el pueblo a la luz del día
a la hora que un gallo canta
y desde lo alto del castillo
las huestes se preparan
para ofrecer su vida a cambio de nada.
Una madre reza piadosamente junto a la cama
al tiempo que los hombres guardan las hoces
y sacan del fondo de los arcones afiladas espadas.
Tiempo, al tiempo,
ya por las calles se oyen algaradas, gritos y plegarias
de hombres que matan, violan y pasan a espada
a todos aquellos que se resisten,
a todos aquellos que inocentemente claman,
piedad y justicia, entre rezos y lágrimas.
¡Ay Castillo que me llegas al alma!
¡Ay castillo de tantas y tantas batallas!
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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