Noche de paz, noche de amor,
noche eterna bajo las estrellas
de pobres desposeídos de la gracia de reír
porque no han conocido
de otra existencia que no sea
el padecer en esta vida
para ganarse la otra que es eterna.
Noche de uvas, de carnaval y de fiesta
de ventanas con luces que avisan
lo insolidario que somos
y lo poco que pesa llevar a cuestas
ese equipaje de sueños
con el cual nos fabricamos nuestra existencia.
Noche de besos, abrazos
y llamadas,
noche de recuerdos
por aquellos que ya no están presentes,
por aquellos que viven en nuestro recuerdo.
Noche de final de año y de año nuevo,
de champán sobre una mesa y de buen vino viejo.
Cada minuto muere un niño o una niña en el mundo
y que poco cuesta batir ese record.
Noche vieja de niños y niñas
buscando comida en un basurero
a esas horas en que las campanadas de un reloj
anuncian enmedio del mayor desenfreno
un más que negro año nuevo.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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