Dejar libre a vuestros poemas
nos los atéis de por vida
a las páginas macabras de un libro.
Ver esas sonrisas
nacidas en unas mejillas
allí donde la poesía
se quedó detenida un momento
y se enamoró.
Ir más allá de ese existencialismo
duro y puro
que te hace ser materialista
y deja
que la poesía corra libremente
por esas praderas sembradas de árboles
y arbustos de leña baja
donde ellas,
nuestras amigas, las poesías,
pueden vivir eternamente
a la espera de un beso, de una caricia,
y de un feliz desenlace
tras una larga noche de amor.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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