Rosa, sometida a vejaciones,
palizas, latigazos y violaciones.
Descarnada Rosa, flor cautiva,
de pétalos del color del ébano
y de labios
como una fresa madura
comidos por la arena del desierto.
Mujer de bellos ojos
y sonrisa perdida
que al alba se siente perseguida
y al caer del día maltratada.
Madre e hija, hermana y prima,
amiga y vecina,
silenciosa mujer de palabra prohibida
y de faz sometida
a la oscuridad más absoluta
ante la pasividad
de una comunidad internacional
muy preocupada por la economía
e indecisa en lo que se refiere
a la defensa de los derechos humanos.
Mujer continuamente perseguida.
Esclava sin derechos.
Niña de mirada perdida
que desde una ventana observa
el transcurrir de los días
sin comprender
que solo por el hecho
de haber nacido mujer
es diferente ante la ley.
Para ti mujer:
Todos los besos.
Todas las sonrisas.
Todas las alegrías.
Todas las esperanzas.
Todo mi corazón.
Y, toda mi solidaridad.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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