Atila vuelve a la carga y lo hace desde su propia casa,
sin necesidad de invadir países
ni de tomar los bienes por la fuerza de las armas.
El Atila contemporáneo es más sofisticado,
muy educado
y razón nunca le falta
pues se apoya en el mercado
para marear la bolsa y contaminar a la gran banca. Por degracia siempre gana.
Desde cualquier despacho del mundo
Atila se lanza
a publicar en la prensa lo que le viene en gana,
a comprar activos y a vender las gangas,
a irrumpir en los mercados a la baja o al alza.
Atila es incombustible
y le da igual a quien beneficia o daña,
es etéreo
pues se volatiza cuando le viene en gana
y es rico hombre
y de ahí le viene su bien ganada fama
de conservador y jugador que juega con cartas marcadas.
Atila me preocupa
por su falta de modales y por su desvergüenza innata.
Quien con Atila se acuesta escaldada se alza.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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