Ya estamos en un año nuevo
de uvas pasas
y tras unas cuantas horas
todo me parece antiguo y viejo
como una cerámica ática
en Segobriga encontrada
junto a la tumba de un obispo
y una tesera romana.
2012, año de Dios en gracia
nos trae
incertidumbres, recelos y desesperanza,
pobreza y paro
que no se pueden medir en una balanza
y como no
corrupción a todo meter
¡vaya calaña!,
vaivenes en la bolsa
como si de un barco
a la deriva se tratara
y miedo hasta en la sopa
por si algo faltaba.
Demos tiempo al tiempo,
tengamos calma,
y dejemos que entre viento fresco
de ese que dulcifica la mirada,
y ablanda los corazones
de los grandes emporios de la banca.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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