Son las 9 horas y dieciséis minutos
horario oficial en España
cuando intento escribir sobre cualquier asunto,
podría ser de esa cara de palo del Sr. Rajoy
en la fiesta de la Pascua Militar
¡Cuanto le aburría estos festejos y que duro!
Pero, no, el tema va por otros carriles
aunque el tren es el mismo.
He tomado café
y he comprado el diario "Público"
últimamente sólo en él me refugio
y sustituyendo algunos deseos
por un exilio personal
me refugio en mi mismo
y ya apunto las neuronas de producir
interacciones dialécticas
y un paracetamol en el bolsillo
escribo.
Ordenadamente me pregunto
lo poco y lo mucho
que me costará en este año nuevo
hacer frente a los desatinos
de esa cohorte de pingüinos
que se abrazan como si el hielo Ártico
se fuera a derretir en unas décimas de segundo.
Apretarse los bolsillos
y consumir, cruel anuncio,
porque sino se acaba el mundo,
y entre medias verdades
contar a vuestros hijos
que todo era un cuento chino.
Son las 9 horas y 26 minutos
y sufro yo por el mundo.
Solamente intentaba llegar
hasta allí donde las palabras se convierten
en duran piedras
para transformarlas en claro testimonio
de lo que siente uno
cuando a base de dar forma a las palabras,
verbos, pronombres y artículos
descubre lo grato que es
escupir por la boca y decir ¿Donde está el poder de los sin poder?,
y siento "El temblor del héroe"
aunque Alvaro Pombo
haya ganado el Premio Nadal
con este absurdo título.
Autor: José Vte Navarro Rubio
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