En una apacible noche
en que todos duermen
en la más absoluta de las calmas
en que todos duermen
en la más absoluta de las calmas
algunos, entre ellos yo, se calientan la cabeza
en analizar lo que pasa.
Las noches no están para dormir
en estos tiempos que nos rondan
pues mientras unos cierran apaciblemente los ojos
otros ponen en marcha
su ingenio para acorralar a los mortales
y hacerles la vida más ingrata.
En estos nuevos tiempos
el que no se mueve la caga
pues esta condenado a ser absorbido
por la estalinista maquinaria
de esos estados perversos
llamados democracias
que solo se preocupan de realizar rebajar
a quien menos tiene y peor lo pasa.
Los bancos se llevan el dinero como les viene en gana,
maricón el último en llevarse la saca;
las grandes empresas engañan al fisco
con triquiñuelas y otras argucias descaradas.
Todo aquel que puede hace la trampa
y al final lo pagan los de siempre
asalariados, funcionarios, pequeños propietarios
y el primer tonto que por la calle pasa.
Tras una apacible noche
en que todos duermen baja las sábanas
en que todos duermen baja las sábanas
un gobierno en la sombra trabaja.
Duerme y sueña, trabajador, con tu ángel de la guarda
que falta te hará cuando al hospital vayas
o cuando te jubiles después de haber servido
los intereses de tu empresa, Comunidad Autonómica o de España.
Eso se llama lealtad y lo otro puñalada por la espalda.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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