Se mascan silencios
tan intensos como el olor de una copa de vino
intentando herir al aire ascendente
en esas verdes praderas con árboles petrificados
en el periodo Carbonífero.
Relinchan a los lejos lo que parecen ser caballos
y se oyen las pisadas
y los golpes secos
de los cascos sobre el barro de los caminos
al tiempo que una nube, negra como el alma de un demonio,
se cruza en mi mirada
y los galopes
se hacen más constantes y rítmicos.
Memoria perdida de un tiempo ya encogido
veo carros cargados de mies
tambaleándose en el horizonte limpio
y una era y un molino y una pala y una trilla
y un niño
recogiendo amapolas y bebiendo de las fuentes de un libro
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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