domingo, 22 de abril de 2012

POESIAS. NARANJOS Y CEMENTO TRAS UNA REVUELTA DEL CAMINO

Los campos con naranjos plantados
bajan desde la montaña
y llegan hasta el mismo mar.
Los grandes bloques de apartamentos
hacen de murallas naturales
ya desaparecida la fauna y flora de eso que se llama ecosistema
y más allá se extienden los cuerpos de los veraneantes
sobre las arenas de las playas
de ese litoral Mediterráneo tan manso como una vaca lechera.
Aquí se vive al amparo de un sol
que de no naufragar inunda todas las estaciones del año
y nos da su vitalidad como si fuera el mana que Dios envió a su pueblo elegido
después de salir de Egipto para nunca más volver.
Aquí se reza a un Dios importado desde el extranjero
que tuvo a su pueblo elegido en las arenas del desierto
y aquí al calor del multiculturalismo y complacencia de los nativos
se erigió en el Dios salvador
y desterró de estas tierras a los dioses surgidos de las entrañas de la tierra
y de los interiores de los cuerpos de los animales sagrados,
y con glorias a ese Dios divino venimos todos los días los españoles y españolas
a ser cada vez más el pueblo elegido por el gran patriarca Rajoy
para realizar experimentos económicos
que hasta el más tonto de pacotilla haría mejor si tuviera poder y mando.
Esperamos todos juntos el decaimiento de esta sociedad tan triangulada

y nos acercamos a esos orígenes que se respiran allí donde las piedras combaten
los calores, fríos, escarchas y nieves  y al abrigo de esa sabiduría que da la vida
nos preparamos para ser más pobres 
a pesar de ver bloques de cemento finamente decorados por fuera
y a pesar de saber que aquellos que te gobiernan están más por su interés particular
que por el interés público.
Nos pegamos, eso si, en el pecho golpes con esa fe que solo tienen los pobres de espíritu
y decimos en voz baja por miedo a ser oídos y bajo secreto de confesión:
Se que he pecado.
Se que pecaré.
No me dejes pecar ¡Dios mío!
y de tanto pecar y de tantos pecadores que hay
y de tanto perdón concedido casi de forma gratuita
se sienten sus fieles agradecidos
y alzan su mirada a Dios y le guiñan un ojo como queriendo decir 'lo hemos conseguido"
Este Dios no ve.
Este Dios está comprado.
A este Dios lo ha raptado una secta.
A este Dios que tu te arrimas le falta credibilidad amigo mío, me digo.
Las más bellas flores son en ese altar que los hombres construyen para un Dios pasivo
de cara blanca como la cera y de cruz acuestas como un mendigo,
de corona de espinas cogidas de algún espino silvestre.
Todo él, todo Dios sumiso,
se aprovechan de su obra y de su persona aquellos que se llaman sus hijas e hijos. 
Naranjos en flor junto a una revuelta del camino
sigo mi camino y miro allí donde se ve como si fuera un espejismo
una Ciudad de las Ciencias y un conjunto de hierro, cemento y ladrillo
muy bonito y poco productivo
y a la sombra de un cañizo hago un alto antes de venirme a saludar yo mismo.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...