De aquellos días
y de aquellos reencuentros
que poco a poco me van llegando
no queda nada,
ni misterios, ni juguetes
ni una fotografía enmarcada
en la que poder decirme
ese fui yo y todavía vivo.
La cuesta se hace larga
y sin fin el día me arropa
y me lleva entre miedos
y recuerdos cobijados en mi alma
a otros días
y otros mañanas
de otra España
aquella la tuya y la mía
de calles empinadas
en un pueblo
no nacido en el momento
ni aspirado como el oxigeno,
en un pueblo de grandes corralones,
de pantalones de pana,
de camisas de franela,
de chimeneas de fumata blanca
de unos casinos con olor a gaseosa y sudor humano
y de una iglesia con beatas
donde la cera de unas velas
impregnaban el suelo como de grasa.
Mi pueblo me llega
en este momento del día
en que por delante
nace un fin de semana
mientras el calendario me avisa
de que no me vaya
más allá de donde el domingo se acaba.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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