Esta era la octava huelga general de la democracia
y se ha saldado
tal y como se prevía
con una respuesta masiva
aunque la policía
ha disfrutado de lo lindo
repartiendo ostias a mansalva
y palos como propina.
La marcha junto al congreso
se espera
que sea masiva
y para eso el gobierno se blinda
y hace de los alrededores del congreso
un cuartel de artillería.
Ya puede el Señor Rajoy contar de mayor
que cuando el gobernaba
se repartían peladillas
con sabor a cardenal
y a moje de tomates y sardinas
en escabeche y aceite de oliva.
En el mundo nos miran
con especial interés
pues saben que en España
los palos los reparte el poder y las milicias de la policía.
Bien por la huelga y por esas manifestaciones
propias de una clase obrera
que se las ve venir con una cierta melancolía
y mal por esa policía cañera
que se cree dueñas de las calles y de las avenidas.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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