Esta reflexión sirva
o quizás valga
para que no se diga
que uno se levanta
con la lengua oxidada
y las penas en el alma marchitas.
De buena mañana
el sol escondido todavía
y las calles con olor a noche oscura
uno no entiende
de esas cosas escritas
por políticos de altura
que dan risa.
Dice la Merkel
que España es la gran perjudicada
y se queda la tía tan tranquila
y a sabiendas
de que eso causará alarma social
en esta España tan proclive
a vivir pendiente del mañana
y a olvidarse de que la sopa boba
se gana en el día a día.
La Merkel respira por sus poros
energía negativa
por lo menos para la franja occidental
de esta Europa dividida
de la que ella es su brazo armado
con cuchillo de cocina
para cortar la tarta
por donde mejor le venga
a ese banco europeo que maneja las economías
como si fuera un juego de niños
sin orden y con muchas contrapartidas.
La Merkel se va
y en ello no tiene prisa
pues a la hora de dar
ella es de las que va a misa
y deja en el cepillo una estampita.
De la Merkel tengo una teoría
y es que para ella en Europa
más que armonizar políticas y economías
hay que vertebrar políticas cíclicas
aunque algunas naciones pierdan su autonomía.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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