Triste el momento
se hace imposible expresar alegrías
que no sean las cotidianas
esas que salen de vez en cuando
con solo abrir la boca
y decir ¡madre mía!
El patio está imposible
y de tal forma se nos pinta
ese futuro
que se abre delante de nosotros
como si fuera la boca de un sireno
perdido en un mar de pesadillas
que dan ganas de decir
a los cuatro vientos
tal y como Don Quijote decía:
"¡Allá darás, rayo! ¡No, sino ándeme yo buscando
tres pies al gato por el gusto ajeno!"
Y con esto que no se a cuento de que viene
en una noche fútbol
con cena de guisado de jabalí
me marcho
camino de un descanso merecido
a estas horas de la noche
en que todavía
se oye el murmullo del agua tocando a la puerta
como queriendo decir:
'madre mía que trabada estaba la poesía!
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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