En los renaceres de todos los días
se vuelve a lo de siempre,
monotonía,
de un día cualquiera
en la vida de las personas
cuando al asomarse a la ventana
y en el transcurrir de las horas
se dan cuenta
de que todo lo que hacen
esta programado de antemano
como si fuera una telenovela
con los mismos actores y escenarios
y con el mismo final
casi siempre de opereta.
En este renacer de este día
tan a caballo
entre el otoño
y el invierno crudo
que se adivina en un paseo o alameda,
con la caída de las hojas
y las escarchas
quemando los tallos de la hierba,
me voy con música ligera
a la lectura de un artículo
que anuncia sin ningún tipo de sutilezas
que somos líderes
en eso de ofrecer a la ciencia
nuestros cuerpos
para que sobre ellos
como si fueran mapas astrales
los estudiantes se entretengan
observando, anotando y discutiendo
sobre lo que queda
de esos cadáveres a quienes la ciencia
ofrece lo mejor que tiene
en estos días de tantas carencias.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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