la ciudad dormida espera
a todas las horas del día
que las saetas del reloj corran
y se vayan cual tren de cercanías
a su punto de salida.
Esa es hoy a uno de agosto
la ciudad de Valencia
que parece al mediodía
una ciudad fantasma
tomada por ciclo-turistas
y por ciudadanos de a pie
que se desplazan
hasta tan hermosa ciudad y villa
para realizar compras
y sacar de paso alguna fotografía
.
La estación del Norte bulle
todo son entradas y salidas
de viajeros asombrados que miran
esos carteles de la Feria de Julio
con toros y toreros
de esos de toda la vida
con trajes de lentejuelas, montera
y capa tirada al hombro con maestría
.
Nos vamos de vacaciones
en un día
de prima subida de tono
y de un Montoro
que se saca de la manga estadísticas
que solo sirven para caldear el ambiente
y exasperar los ánimos
de catalanes, andaluces, asturianos,canarios
y la historia aquí no termina.
Vaya historia la de este agosto,
de aguas intranquilas,
sol de caída cierta
y playas hasta la coronilla de turistas
llegados hasta estas playas levantinas
para ponerse tostados
sin necesidad de rayos uva ni lamparillas.
Me voy con ganas,
me voy sin prisas
y me llevo para este desconsuelo
de verme sentado en una hamaca
a los pies de una toalla olímpica
un libro de poesías
de Luis García Montero
que se titula: Vista cansada
y otro de Samuel Ros.vanguardista,
"El ventrículo y la muda"
Autor: José Vte. Navarro Rubio