sábado, 22 de septiembre de 2012

MAYOS DE LAS MOZAS DE PINAREJO

            I
Ya que hemos llegado
todos al poyo de tu puerta,
de ese dulce sueño
pinarejera despierta.

Que aguardando estamos
a la primavera,
del abril cumplido
la noche postrera.

En tu patio hermosa
plante una tomatera,
y los suculentos tomates
a tu cama llegan.

De quien es el mayo
pongo a daros cuenta
señora pinarejera
sea en esa hora buena de pasear por la Carrera

Que el señor pinarejero
por mayo se os echa
quiérelo pinarejera
quiérelo que viene de tirarse trago
y a vuestros amores
se vuelve más manso que una borrega.

Y ahora pinarejera
si me dejas
pintare tu cuerpo
de pies a cabeza

Esa tu cabeza
aunque llena de fantasía
en ella se forma
un girasol que no para de dar vueltas.

Tus rubios cabellos
de vientos son macizos
donde alegres revolotean
jilgueros y mariposas con alas de seda

Esas tus orejas
tan pequeñas
se ven como si fueran
una onza de chocolate para época de siegas.

Tu frente espaciosa
Es como el ático de una vivienda,
con vistas a la plaza de Pinarejo
y a las altas eras

Dos lineas rectilíneas
pinarejeras son tus cejas,
donde esta el sol
calentando tu cabeza.

Tus hermosos ojos
relucen más que una luciérnagas,
en época de calores
y de buenas siestas.

Esas tus mejillas
de amor tiemblan
cuando me ven venir
de más allá de las Canteras.

Tu nariz aguda
a mí me huele como si fuera,
un chorizo seco
guardado en la alacena.

Tu boca risueña
por no hablar calla sus penas
aunque de vez en cuando
suelta cantares que me alegran.

Ese hoyo que tienes
En esa barbilla,
parece la boca de una cueva
y a mi me gusta
que se llene de uvas de buenas cepas.

Ese cuello hermoso
es como el de una cebra
y aunque parece de cera
está acostumbrado a soportar costales de avena.


Tus pechos dan
delicias que no son peras
y cuando los veo
la mirada se me nubla y me lleno de vergüenza.

Tus brazos dos frágiles
ramas de olivera
que sostienen en sus dedos
aceitunas negras.

Esas tus dos manos
parecen dos cucharas soperas
pues igual dan de comer
que sirven para pegarme en la cabeza.

Tu cintura un junco
con ropa tendida
que el aire menea
como si fuera una vela.

La falda esconde
parte de tus vergüenzas
aunque yo me conformo
con verte los tobillos
y dormir a tu vera.

Ya vamos llegando
a lo que algunos llaman
sensual primavera
de creciente ímpetu y mucha paciencia.

Esos tus dos muslos
a mi me demuestran
que de tanto ir de siega
estas macizos de ir con las gavillas a cuestas.

Esas tus rodillas
tienen la apariencia
de ser de tu cuerpo
la parte que más se menea

Tus pies diminutos
son una delicia entera
y al descansar en el suelo
me tiemblan a mí hasta las piernas.

El zapato de faena,
las medias de tela,
las hebillas de alambre
quien las albarcas te pusiera

Ya hemos acabado
pinarejera en dibujarte,
si en algo he faltado
estoy en el baile de la Carrera

De las magdalenas nada os digo
pues son tan buenas
que vienen desde San Clemente
a por ellas

Si llegas a hacer una docena de ellas
ten cuidado con la masa
y que los huevos sean
del día y de gallina vieja.

Si quieres saber pinarejera
quien aquí mandó escribir esta esquela
pinarejero se llama el mozo.
y va subido en carro o galera.

Si quieres saber el nombre de la pinarejera
quien aquí nos ha traído
pinarejero se llama el mozo
El que ha de ser tu castigo aunque tu no quieras.

                     II
 Abril vencido y mayo a la espera
en la Solanilla comienza
un mayo florido que quita las penas
a los pinarejeros y a las pinarejeras.

Como quiera que en las ventanas hay rejas
allí se apoyan los mozos junto a las macetas
mientras ellas se colocan tras los visillos y esperan
oír los mayos como quien va a la discoteca.

Eres tu hermosa
de mi alma mi pena
y de mi guitarra
todas las cuerdas.

Por eso vengo a la ventana
con toda esta caterva
de guitarras, acordeones y panderetas
a darte la noche y que sea buena.

Dame licencia para rondarte
aunque solo sea
por estas noches de mayo
en que la luna sale y la noche no refresca.

Dile a tu padre hermosa mía
que te dejo como prenda
unas olivas en la Murciana
y un mojón de piedras en las Canteras.

Ha venido mayo
con sus bandurrias
anunciando guerra
de amores en un poyo de una puerta.

Santa Águeda dice
que deje de ir a la iglesia
que mi mal es de amores
y allí no se curan esas penas.

En esta puerta escribiré con grandes letras
la quiero a ella
a la moza guapa
que por las noches me desvela.

Si veo a tu padre
aunque solo sea boleando en las eras
me dejaré ganar para que veas
como las gasta éste, el tuyo que lo es de la pandereta.

Ojos como los tuyos
solo los he visto
en las perlas majoricas de Mallorca
cuando me bañaba con luna llena.

Sonrisa la tuya de dulce pinarejera
que se va a coger olivas
y vuelve del tajo
con la borriquilla temblandole las patejas.

Noche de mayo junto a unas rejas
a esas horas de la noche
en que las mulas resoplan y las gallinas ponederas
incuban los huevos en una cesta.

Ya me voy camino de mi casa
con la esperanza plena
de que tu me quieras
y a tu padre se le vaya el empeño de casarte en Cuenca

Mira moza de mis amores
que conmigo tendrás felicidad y juerga
y la mesa llena con que dar rienda suelta
a algo más que palabras huecas.

Al dueño de esta casa
le pido clemencia
pues si un día le dije burro
fue porque lo confundí en una noche negra.

Me voy, mi cantar se aleja,
ya en la esquina de la calle de las Cruces
me entra congoja y tanta impaciencia
que se me van las ganas de tomarme una cuerva

Y con esta y otras hay te quedas
que yo me voy
y conmigo se aleja la banda entera
de guitarras, laudes, acordeones, bandurrias y panderetas.

                     III
Ay mayo que resopla, ay mayo que me ciega
para esas noches calurosas
en que tu madre te deja asomarte a la ventana
como si fueras una gallinita ciega.

Ay mayo en Pinarejo
y el amigo Lunares anuncia nuevas cosechas
ya sean de trigo o girasoles
en todas las parcelas desde el Castillo hasta la Alberca.

Por eso vengo,
por eso la alegría me llena
pues me veo con cuatro cuartos en la cartera
y quisiera que fueran tuyos si tu padre acepta.

No me digas no,
no me des calabazas ni peras
que tengo la despensa llena de melones
y no entra más fruta en mi despensa.

Guapa eres
de toda la calle la que a mi me lleva
las ganas de comer aunque solo sea
chocolate Josefillo y tostones en Noche Vieja.

Estos de la banda
que a tu ventana lanzan música de la buena
dicen que en noches como estas
suenan mejor las guitarras de lo afinadas que están las cuerdas.

En nombre de Dios
mi ruego se eleva
cual canción de amor
que cupido en el cielo espera.

Si por ti fuera
yo daría
toda la sangre de mis venas
y los pocos pelos de la cabeza.

Perdona mi amada
si en estas palabras hay alguna ofensa
pero es que de tanto cantarte
las palabras en el alma se me hielan.

Tú y yo
yo alma en pena
y tu
oyendo mis cantares
alondra en una ventana presa.

            IV
MAYO DE SANTA ÁGUEDA
1. Estamos a treinta
del abril cumplido
alegraos todos
que mayo ha venido.

2. Llegamos Santa Águeda
si nos das permiso
a cantarte el mayo
hasta tu tesillo para que no te canses virgen bella.

3. A cantarte el mayo
hoy todo Pinarejo venimos
Patrona con un solo oficio
velar por nuestras hijas e hijos sin pedir nada a cuenta.

4. Queremos Santa Águeda
venir a cantarte
pues es para mayo
cuando más claro nos sale el cante.

5. Y aquí en la iglesia
hoy todos reunidos
a ti Madre venimos
a demostrarte nuestro amor y cariño

6. Abrir los labios
es para mí señal de alegría
si en ello me va
que tu allí arriba te rías

7. A las pinarejeras
les viene en gracia
decir que eres una reina altiva
con mando en el cielo y casa en nuestra villa.

8. Por Tus raros dones
es vuestra cabeza
tan clara de ideas
que todos se descubren ante tu presencia

9. Tu pelo brillante
de lucir estrellas,
se empaña de oro
cuando en la procesión te pasean.

10. Siempre atentos están tus oído
para atender a los desvalidos
sin importarte el lugar ni sitio
donde prestas este inagotable servicio

11. Es la frente vuestra
donde mi mirada se oculta
cerca de esos ojos de extrema hermosura
que son de tu cara lo que más me gusta.

12. Hilos celestiales
son las cejas
de esta virgen santa y pura
que sufrió martirio sin perder la decencia.

13. Tus ojos Señora relucen
cual luceros de noche,
sol de día
y brasa en la chimenea cuando el frío aprieta.

14. Míranos Santa Águeda
con esa vista tan aguda
que ve nuestros interiores
y tanto nos cura

15. De cera y de rosas
son vuestra mejillas
y allí en el altar muestran su sonrisa
cuando te ruegan y miran.

16. Tu nariz es tan linda
y tiene tal compostura
que de todas las narices
solo la tuya Santa Águeda me gusta.

17. Tus labios son sonrosados
y si en ellos te fijas
se te ablanda el alma
como si fuera una fruta madura.

18. Tu barbilla hermosa
querer la quisiera
moza alguna de esas de Pinarejo
que te lanzan versos que son peladillas

19. Es concha de perlas
vuestra linda boca
y de ella salen palabras
que son como tiernas rosas.

20. Tu cuello delgado
todo amor y dulzura
sirve para que alzes la cabeza
y veamos tu hermosura

21. Vuestros brazos santos
no hirieron con espada alguna
aunque se levantaron para decir
que Dios en el cielo era tu única ayuda

22. De violetas puras
rosas encarnadas
y azucenas de alamedas perdidas
se visten vuestras manos
cuando curan.

23. Vida de la Vida
vuestros pechos fueron
seccionados por manos asesinas
y así y todo te conservastes casta y pura

24. Tu cintura hermosa
Santa Águeda se oculta
aunque tras tu vestimenta se adivina
que no te hace falta dieta alguna

25. Tálamo precioso
fue tu vientre santo
todo amor deseado
desde hace siglos hasta este último año.

26. Tus muslos Señora
son de tu cuerpo
y están a la altura
de servir de andamiaje de toda tu figura.

27. Tus rodillas son
dos fuertes columnas
ni de Hércules ni de virgen alguna
que no sea la que Pinarejo quiere como suya

28. Vuestros pies sagrados
pisaron en Pinarejo uvas
de ahí esos vinos
que todavía de boca en boca rezuman

29. Como una sirviente
la luna a tus plantas
y en tu cabeza corona de flores
que graciosamente eleva tu figura.

30. Ya estás retratada
¡Oh hermosa Santa Águeda!
Ya te hemos pintado
como si fueras más que una santa un santo.

31. ¡Oh! flor de Pinarejo!
fragante tu presencia
¿Quién será Tu mayo
ahora que por aquí ya no nieva?

32. Yo os doy por mayo
virgen soberana
todas las flores
que florecen en los campos.

33. A San Isidro El labrador
te dejo
para que te enseñe
y no se pierda ninguna cosecha.

34. El hombre más justo
el varón más Santo
pues todos sabemos
que labraba recto señalando hacia el horizonte lejano (1)

35. Se ha acabado el mayo
Santa Águeda
líbranos del mal
salva nuestras almas si hubiéramos pecado.

36. Queremos Santa Águeda
los de Pinarejo
ser siempre tus hijos e hijas
si no te molesta nuestra suplica

37. Que todos te recen
Que todos te canten.
Que todos te imploren.
Que todos te amen.


(1) Vara del Rey 

                  V
De todos los mayos el más florido
en Pinarejo crecen los trigos
al grito de bonicos
al tiempo que se agitan amores en los corazoncillos.

Sale la rondalla tocando de lo lindo
mientras se aprieta la fila
y al fondo de la casa se oye
como los coja les meto las canciones por los oídos.

Es un padre precavido al que le han dicho
que el chico que a su hija ronda
no se le conoce otro mejor oficio
que tocador de guitarra y bebedor de vino

La madre sabe de lo dicho que es un buen chico
y sujeta a su marido con buenas palabras
pues ese buen galán que es su marido
también a ella la rondó y tenía el mismo oficio.

Entre palabras y más palabras
se abre de par en par la ventana
y sin más paciencia se oye un gemido
de un gato que pasa por la gatera y recibe un palo en el hocico.

A lo dicho, en la ventana la amada
en la calle medio chispallido
el galán de turno que viene de la bodega de Vicentillo
y dentro en la casa una madre y un padre cascando de lo lindo

Tu lo sabias, dice el padre,
lo sabia, dice la madre,
levantando los brazos y guardando el tipo,
pues este que canta, dice el padre,
nos ha salido tunante el tío,
recuerda dice la madre,
que tu también eras un listillo.

Suena una guitarra,
ay dice el padre tendrá el agua fiestas tino
calle, dice la madre,
que tu me vinistes en borrico y mamado de lo lindo.

El amado dice:

Por ti vendería los campos de trigo,
haría una casa en la plaza,
te llenaría de críos
y a tus padres cuidaríamos para los tiempos de mucho frío.

Al padre se lo comen los demonios y responde entre gritos:

Campos nos los tienes,
la casa en la plaza no se lo cree ningún nacido,
lo de los críos me parece una pasada
y yo me curo el frío con jamones y chorizos.

Ya la calle alborotada
vuelve la Rondalla a su trabajito
y entre voces y gritos
la amada se planta en la calle de un saltito.

Me voy con el que más quiero
pues prefiero a gusto palos de ciego y mendrugos
que vivir siendo esclava de un padre
que me hace infeliz con su orgullo.

Mayos en Pinarejo
este salió un poco estropeadito
con una padre celoso hasta el punto
de producir con sus desacato pocas nueces y mucho ruido

                VI
JOTA DE PINAREJO
Ese que tanto trabaja
se llama Fernando
y baila la jota
dando grandes saltos.

Mira que viene
alegremente cantando
hasta el molino
se va el muy asno.

Dale a las castañuelas
remangate el hato
y arrimate a tu pareja
que pareces alelado.

Mira que bailo,
mira que salto,
mira que en la Plaza
me llaman Fernando.  


Ese que tanto trabaja
en el campo segando
se deja el surco
y se va hasta Pinarejo bailando

De Pinarejo vengo,
a Pinarejo marcho,
vengo de bailar la jota
y voy a uncir el macho.

en la Carrera me encuentro
con un grupo de paisanos
que al verme aparecer
me sacan la bota para que eche un trago.

La jota de Pinarejo
se baila cantando
a ritmo de rondalla
y dale que dale a la bandurria
como si pelaras ajos.

            VII
 Vaya con la jota pinarejera
que se baila en el molino
en una de sus eras
en días en que los calores no aprietan.

Venga la jota
ella sola venga
y si lo hace que sea
con guapas mozas meneando las caderas.

Aquí todos bailan
y todos menean
desde los dedos de los pies
a los pelos de la cabeza.

Y en esto que estamos
me viene a la mollera
que la jota es de Pinarejo
como el Quijote a la Dulcinea.

Vaya con la jota,
vaya con la era,
vaya con las chicas guapas
y vaya con las castañuelas.

Me voy cantando,
me voy a la siega
y en la faldriquera llevo
un pañuelo de seda
con el que limpiarme las lágrimas
cuando estas llegan


           VIII
 EL BOLEO
Sale la bola lanzada
y con tanta fuerza va
que atraviesa la era de Don Pepe
y va a pegar en una esquirla de piedra
que la desvía de su trayectoria original.

Jóvenes y menos jóvenes
en Pinarejo bolean
en días de guardar
y lo hacen en total armonía
pues la apuesta es fácil de imaginar
un chato de vino a lo sumo
y para de contar que la economía no da para más.

La calle de las Eras es un subir y bajar
de jugadores y espectadores
que hasta las eras suben para comprobar
hasta que punto las partidas van
y como ellos se pueden enganchar
a este juego tan original
en el que solo hace falta una bola de hierro
y dos personas como mínimo para jugar

El Molino era un referente
y por allí las bolas planeaban
y llegaban a pasar
junto a aquellas vetustas paredes
y sin parar
buscaban la pequeña pendiente
e iban a reposar al camino del cementerio,
Horca se llama el lugar,
donde si el tiro era bueno
media partida estaba ganada ya.

Los boleadores cogen fuerza
y empujan la bola
con tal serenidad
que por el medio del camino va
hasta llegar a la meta
y de esta forma se puede acabar o continuar.

Otra vez lo mismo
y cada uno desde su lugar
impulsa la bola y a esperar
que el contrario pierda fuelle
o la bola se vaya a estrellar
contra cualquier saliente
de los muchos que hay en el lugar.

Hasta llegar a la era
que era de Eugenio Navarro Alarcón
todo era un cantar,
todo el mundo en Pinarejo sabe
que era el dueño del lugar,
y que no renegaba
por ver la bola pasar por su propiedad.

Solo en época de siegas
era imposible bolear
pero este es otro cantar.

Ahora la era esta cerrada
y en su lugar se alza
un bonito espacio donde descansar,
bailar y en todo caso merendar.

Aquel hombre, mi abuelo,
desde el cielo lo puede confirmar,
vio a más de un joven perder la partida
e irse del lugar para no tornar.

Miran con especial resinación
los mayores como los jóvenes
se esfuerzan en ganar
y entre consejos y más consejos
se van todos del lugar
con el ánimo tranquilo
y la esperanza en poder otro día jugar.


                 IX
 EL TIRO DE LA BARRA O REJA
Como si fuera un lanzador
Tomás se dispone a lanzar
y lanza la reja más allá
de donde nadie se pueda imaginar.

Buena la partida la acaba de ganar
y los demás se van
con cara de resignados y pensando que otro día será.

Meneo de cintura y mucha maña
la de este juego tan original
casi perdido ya,
pues arados los hay en algún desván
y las rejas hoy en día son de mazapán.

En Pinarejo había buenos lanzadores,
esto último los mayores lo pueden confirmar,
que lanzaban la reja con tal habilidad
que era imposible adivinar
hasta donde esta podía llegar.

Mozos de Pinarejo
van a lanzar la reja
para celebrar el día de San Isidro El labrador,
benefactor del lugar,
que araba con bueyes y lo hacia con tal habilidad
que en la iglesia está
con su pareja de bueyes a punto de irse a arar.


                   X
DE LOS DÍAS DE CAZA EN PINAREJO
Día de caza en Pinarejo
un grupo con la borriquilla va
camino de la Manga
con ganas de disparar
tiros de escopeta por aquí y por allá.

Liebres, conejos, palomas, perdices
y algún que otro distraído faisán
que a tiempo de amores
por el lugar viene tan tranquilo a pasar
caen en el morral de los cazadores
que ya se disponen a almorzar
chorizos de la orza,
morcillas de rico sabor al paladar,
pan hecho con mucho tiento
y vino blanco del lugar.

Almuerzo celebrado
y las escopetas cargadas ya
cada uno vuelve a su faena
cuando los galgos se disponen a saltar
detrás de una pieza
que se ha escondido en un erial.

Ya el sol encima,
seco el paladar,
la jauría de perros
a punto de reventar
todos vuelven hacia Pinarejo
y marchan comentando lo mucho que acaban de disfrutar
cazando a diestro y siniestro
y convirtiendo los campos en un velatorio y postrero funeral
de animales caídos
en una batida infernal
de 6 escopetas que han salido a matar. 


           XI
DE LOS MAYOS EN PINAREJO Y DE MACANDÓN
 
Fue para cuando quiso Dios
que viniera a ocurrir
el que faltara Macandón.

Buen oficio el suyo
servir modestamente a Dios
tocando todos los instrumentos
de aire y percusión
con tanta ilusión
que en el pueblo llegó a ser
toda una institución
a la que Francisco Romero se dedicó
con esa gracia absoluta y pundonor
que solo surge allí
donde hay dedicación
por hacer de la música su vocación
ya fuera en la iglesia
o en las rondallas
de las cuales él era su alma y el mejor.

Dicen que con ocasión de un Mayo
que salió peleón
se acabo la rondalla en Pinarejo
pues fue tal el sofocón
que Basiliso salió
con la guitarra en la cabeza a lo campeón.

Aquello fue más que un trompezón
y desde entonces los Mayos en Pinarejo
pasaron a mejor ocasión
con lo que quedó vacante
hasta el puesto de apuntador
y las mozas desconsoladas
por perder la ocasión
de ser para mayo su mejor flor.

Jacinto al que bien guarde Dios
con espíritu de padre protector
cuidó a su familia con tal pundonor
que desde aquel día en Pinarejo
cuando se canta
se hace prestando mucha atención
y sin ánimos de provocación. 

              XII
POESÍA A GREGORIO RODRIGUEZ CAMPILLO
Dime tú helada tumba
quien habita en tu interior
que por las noches se oye
¡viva la revolución!

Es hombre de palabra
que sufrió prisión
y tal fue su hombría
que nunca la cabeza acachó
aunque el yugo
de los poderosos le apretó
para que dejara su oficio
de laico predicador.

Gregorio Rodriguez vivió
contando historias
y con tal mala pato
la vida le trató
que sufrió
de todas las persecuciones
la peor
que era no poder ejercer
su oficio de labrador
por una mala cojera que agarró
en la Sierra del Guadarrama
sirviendo a la República con pundonor.

Yo lo conocí
y de él aprendí
que no hay vida mejor
que ser fiel a la memoria
y no tener rencor.

Poeta fue,
artista en ingenio,
y a mi entender escritor,
de historias inolvidables
que deben yacer en algún arcón.

Su peor pecado
ser buenachón.

Su mayor honor
ni deber ni ser deudor.

Su mayor defecto
reirse de su mala pata
con tal fino humor
que más que una tragedia
parecía una bendición.

De las figuras del pueblo
Gregorio no es que sea la mayor
pero si se ha prestado atención
es fácil de entender
que figure en su cuadro de honor
por lo que escribió,
por la poca faena que dio
y ante todo
porque a muchos jóvenes nos demostró
que la pobreza si se lleva con ganas
sienta en el cementerio mejor
que la riqueza
pues el rico no duerme
pensando en lo que en la tierra dejó. 



           XIII
DON JOSÉ PAREJA BERMEJO: MAESTRO E HIJO PREDILECTO DE PINAREJO
Pinarejo tuvo un maestro
con calle y al revés
de esas que suben y bajan
desde las eras a una Carrera sin pies.

Hijo predilecto fue
y a saber
tal era su gracia
que hacia aprender
sumas y restas a la vez.

De Pinarejo Don José Pareja vino a ser
y en su predica tuvo un gran querer
que a él le supo a miel.

Hoy va por nuestro maestro,
tal y como debe ser,
mañana ya veremos con que encender
nueva lumbre
con que cocer nuevas poesías
que sirvan para entender
que Pinarejo es algo más
que un pueblo todo de blanco al amanecer. 


           XIV
POESÍA A LUNARES
Lunares era toda una institución
y en Pinarejo se le tenía
por honrado y trabajador.

Siempre con su lunar
todo el mundo lo conoció
y si alguien no lo ha conocido
digo yo
que fue mucho lo que se perdió.

Si en Pinarejo hubiera que hacer
un monumento
yo les diría
pongan atención
y no se olviden de Lunares,
aquel que en la calle Las Cruces vivió
hasta que la muerte le vino
en el siglo XX
de la era de Nuestro Señor.

Un lunar no es la luna
es por eso que digo yo
que Lunares era de Pinarejo
y allí vivió
hasta que un día
cansado de vivir
como todos los mortales
de la tierra se marchó.

Amigo Lunares
allí donde estés
sepas que yo
te recuerdo con apreció
y como no
con un cierto grado de satisfacción.  


               XV
AQUELLAS FIESTAS DE PINAREJO
A la plaza de Pinarejo llega
un puesto de peladillas
son las fiestas mayores,
grandes o como se digan,
y su dulzor, claro está,
el de las peladillas
descaradamente nos anima
a disfrutar alegremente
y olvidarse de segar y cavar olivas.

Fiestas de Pinarejo
por aquellos olvidados días
en que con la siembra recogida
tocaba demostrar cristiana alegría
para Santa Águeda y Santa Aguedilla.

Pantalón nuevo y camisa
y el que por gracia divina podía
zapatillas nuevas
de esas de ir a misa,
pasear por la plaza,
y lucir en el baile y en la Solanilla.

Esas fiestas de entonces
sabían a otra guisa.

Cosas de la edad
yo las recuerdo por aquellos días
como si se hubieran quedado pegadas
en la mismísima retina.

Carros y galeras servían
de plaza de toros
y a las corridas acudía
todo el pueblo entero
para disfrutar de las vaquillas.

Entre misas, procesiones y letanías
pasaban unos las fiestas
mientras otros las vivían
con otro tipo de alegría
en los bares y casinos de día
y llegada la noche en el baile
escuchando a Musiquillas
y bailando lo que uno sabía,
lo que las chicas le dejaban
y a duras penas se podía.
  

            XVI
LA BORRIQUILLA DE MI TIO AGUSTIN RUBIO MELERO
Cae la niebla
y una borriquilla avanza
camino de Santa Ana
y lleva leve carga
a la espera de volver
cargada hasta las cejas,
ya de vuelta
y en la plaza rumbera
lleva costales de olivas,
aceitunas negras
como quien pasea
un tesoro de oro y plata
para enterrar en una cueva.

La borriquilla de mi tío Agustín
andaba ligera
y se sabía de memoria
los prados y parcelas,
comía de la verde hierba
y bebía agua limpia
con olores a azucenas
de un pozo con brocal
de boca muy estrecha.

Ya no quedan borriquillas,
ya los pozos destilan arena,
ya con olivares de hojas plateadas
se hacen con ellos hogueras,
ya las aceitunas no son negras,
Ya en Pinarejo merman las cosechas.

Ya en el patio de mi tío
no crece la hierbabuena,

Bendita sea su existencia. 


Autor: José Vte. Navarro Rubio

HABLEMOS DE LOS OLIVOS, OLIVARES Y OLIVAREROS
Ahora que corren malos tiempos para los olivos os dejo con un artículo precioso de Manuel Leguineche que me ha hecho recordar aquellos momentos en que los días de recolección de aceitunas servían para juntar un poco más a la familia. No se valoraba, por entonces, sin ningún tipo de subvención, si era rentable o no su recolección, porque era la fuerza de los brazos y el ímpetu y amor propio el que obligaba a salir el campo para realizar esas labores propias del oficio de labrador.

Los tiempos cambian y las nuevas modas nos traen otras formas de vida. El campo ha quedado relegado al concepto de rentabilidad y lo otro, aquello que servía para aliviar la economía domestica cada vez se está olvidando más y más. Poco queda de aquella forma de vida marcada por el trueque y menos que quedará. Para esos días de olivares perdidos en nuestras conciencia hablaremos de otras cosas. Ojala que la memoria histórica no se olvide y ojala que todo quede solamente en eso. Yo me niego a ser lo que otros buscan de mi. Mientras me quede algo de mi niñez en mi alma continuaré siendo un nostálgico con rumbas agrarias en los oídos, ojos, boca y pies. (José Vte. Navarro Rubio)

Tiempo de olivos

Manuel LEGUINECHE | Publicado el 27/02/2000

Cuenta Saramago que antes de morir su abuelo quiso abrazarse a los árboles que le rodearon en vida. También el Nobel japonés Kenzaburo Oé tiene la costumbre de abrazarse a los árboles

Es tiempo de olivos, de olivares y olivareros. Hasta donde alcanza la vista se varean olivos, esos árboles y arbustos que inspiran al Nobel caribeño Walcott: “Tierra roja y cruda, los muñones de olivo, verde oliva y plata, atormentados olivos”.

El rito, cavar olivos, estallar olivos, escamondar, limpiar olivos, varear, golpear olivos con varas de brezo. No veo que mis vecinos alcarreños obtengan grandes beneficios económicos de este trasiego, pero manda el respeto sacramental a la tierra, al sagrado olivo. “Hazme pobre en madera -dice el proverbio marroquí-, te haré rico en aceite.

Acaríciame, no me pegues, si quieres otra vez mis frutos. Pódame mucho, abóname bien, si no deja que otro lo haga”. Para Unamuno la línea divisoria pasaba por el río Loira: “Al sur de la frontera viven hombres pequeños y morenos que cocinan con aceite de oliva y son dioses. Al norte habitan hombres rubios que cocinan con mantequilla y son esquimales”. ¿Cómo explicar esa sacralidad, esa carnalidad que une al olivarero con el árbol mágico, delicado, modesto y sublime?

Es más una civilización que un árbol, el árbol de los dioses. Una paloma llegó hasta el Arca de Noé con una rama de olivo en el pico. Fue el primer árbol que brotó tras la cólera de Dios, el primero que floreció para celebrar la alianza renovada del cielo y la tierra, el reino de la paz y el fin del diluvio. “El tiempo de la paz universal se acerca -escribe Shakespeare en “Antonio y Cleopatra”- para probar que ése será un día de prosperidad, todos los rincones mostrarán la rama de olivo”.

No tiene el olivo la prestancia de la haya o la majestad del roble o el arce, sus frutos son menos espectaculares que los de la higuera o la paloma datilera, pero es alimento, perfume, ungöento para los más diversos males, para la salud y la belleza, para mantener el fuego del hogar. Ha sido el árbol pintado por Van Gogh o Renoir, cantado por Homero, por Sófocles hace veinticinco siglos: “Aquí crece un árbol bendito, ignorado en Asia, un árbol indomable, inmortal, alimento de nuestras vidas, el olivo de hojas de plata”.

Es tiempo de cosecha. El humo de las fogatas se eleva sobre estos valles y cerros de la Alcarria. La luz es diáfana, el aire terso. Se escuchan las voces de los vareadores, sus risas, sus canciones. Para Federico los olivos “están cargados de gritos”. Los hay que son contemporáneos de Cristo. Son ocho, que los he contado, los que se conservan en Jerusalén, en el monte de los Olivos. A los austriacos, tras su derrota ante Felipe V, se les ocurrió, además de destruir los edificios politicos y militares que hallaron a su paso, arrancar y quemar olivos. Tan sólo aquí, en Guadalajara arrancaron y quemaron más de seiscientos mil olivos.

Entre los olivos los cortijos blancos de Machado, sobre el olivar “hay un cielo hundido” de Hernández. Su color era el de los ojos de la diosa Atenea. Ha resistido destrucciones, siglos e invasiones. Se cuenta que volvió a florecer al día siguiente del incendio de Atenas por los persas. Cumplidos sus doce trabajos, Hércules se llevó en su carro plantas de olivo al Olimpo. En Getsemaní (que en hebreo significa almazara, molino de aceite) comenzó la Pasión. Con uno de estos árboles construyeron la cruz del Gólgota.

Añosos olivos, oscuros encinares, alamedas de chopos, “el galgo de los árboles” los llamaba Ortega y Gasset. Los árboles: hemos leído en Tagore que el árbol regala la madera para el asa del hacha que lo derribará un día. “Una flor quiere a veces ser un brazo potente, escribe Aleixandre, pero nunca veréis que un árbol quiera ser otra cosa”. Cuenta Saramago que antes de morir su abuelo quiso abrazarse a los árboles que le rodearon en vida. También el Nobel japonés Kenzaburo Oé tiene la costumbre de abrazarse a los árboles. El autillo se echa a dormir en el hueco del olivo. ¿Será el pájaro preferido por el árbol mágico?. Un día le preguntaron a William Faulkner en qué clase de pájaro le gustaría reencarnarse: “En un águila ratonera -repuso el Nobel-. Nadie la odia, nadie la envidia, nadie la necesita. Nadie la molesta y come de todo”. Baudelaire hubiera elegido el gato, como Hemingway, que reunió a decenas de ellos en Finca Vigia; Schiller el ruiseñor; Blake el tigre, como Borges; Allan Poe al cuervo; Colette la gata; Montale la abubilla; Shelley la alondra; Dickens el grillo; Rilke la pantera; Keats el ruiseñor.

El helenista francés Lacarriere ve en el olivo, del que han contado setecientas cincuenta y dos clases, el tributo “de la paciencia y la imaginación”. Es el árbol de las tres generaciones: el abuelo lo planta, el hijo lo poda y el nieto recoge el fruto. No es sólo el árbol del tiempo, de los dioses, de la iniciación, de la sabiduría, sino el árbol de una luz que ilumina el mundo y la noche de los hombres. Uno se siente feliz, como en casa en la geografía del olivar. El olivo afinado por el viento evoca las siluetas de los gnomos o de faunos sorprendidos en plena metamorfosis. Hay que ver y palpar los inmortales olivos de Grecia, en Delfos, por ejemplo: una oleada de plata desciende hacia el mar. Le gusta al viajero sentarse al pie de los añosos olivos griegos para disfrutar de su sombra, para atrapar los secretos del paisaje, de los espíritus de la tierra, las vibraciones del suelo. Nos inspiran piedad, amor, devoción, hermandad. Más tarde llegará el aceite o la aceituna al martini seco de Luis Buñuel 

 
        XVII
DIMAS EL BUEN CARPINTERO
De los carpinteros de Pinarejo
creo yo recordar
a Dimas ¡Si señor!
que por allí nació, vivió
y habitó
en la Calle José Pareja.

Dimas venía a trabajar
y lo hacia
con gran sentido de la responsabilidad.

Era un carpintero ejemplar
de lápiz en la oreja
con que apuntar
por donde el tablón había que cortar
y ya puesto en faena
le daba igual el trabajo
que le fueras a mandar
pues todo era posible
en aquella carpintería tan peculiar
en la que Dimas se esforzaba
en cortar, entablillar y pegar
ya fuera madera de alcornoque o de nogal.

Dimas Bermejo pasó a la historia
como personaje peculiar
de esos que hay que recordar
para una generación de Pinarejo la de los años 50
que camino de los sesenta va ya.

Otros carpinteros los hubo
por mencionar
la saga de los López
que debieron arreglar
galeras, carros, yugos y algún que otro ventanal.

Pinarejo tuvo carpinteros
y se quedo sin pinar
no por culpa de ellos
ni del guarda forestal
sino de la política de tierra quemada
de los grandes señores del lugar
que desde el Castillo de Garcimuñoz
venían a ordenar
rotular las tierras y semblar. 


               XVIII
AQUEL BARBERO DE PINAREJO
Tuvo que ser
para un mes sin definir
cuando debí
por primera vez acudir
a aquel barbero de postín,
Ángel Mota,Michilín,
para que me cortara el pelo
a la moda de Pinarejo
que era casi igual
que la moda de París.

En aquella barbería cogí
un berrinche
de esos que valen por mil
y recuerdo al pobre Michilín
intentando calmar mi congoja
y a mi padre junto a mí
no sabiendo que decir.

Cosas de la vida
que se vienen a producir
en esos años de nuestra infancia
que han volado tras de sí
dejando cual espejismo,
en un desierto hostil,
imágenes indeterminadas
que ahora ato para más decir
como si fueran gavillas
en un surco sin principio ni fin.

La silla de rasurar
no me iba a mí
a ello se debe
ese berrinche infantil
y el mal trago que hice pasar a Michilín,
barbero de postín.

Pinarejo tuvo un barbero
que fue Michilin,
buena escuela la suya
para aquellos años
en que la luz vencida alegre
e inocente de mis ojos
se asomaba a la vida
queriendo ver
el corazón de las estrellas
al surgir la noche e irme a dormir. 


                XIX
MARTÍN EL HERRERO
Pinarejo tenía una fragua
y era de Martín
si Vulcano hubiera sido de Pinarejo
hubiera sido su aprendiz.

En aquella fragua
yo un día me vi
asomado a su interior
y todo tan negro
que no tarde en salir
corriendo hacia la plaza
pues creí presentir
que por el calor que emergía
el demonio vivía allí.

Pinarejo y su fragua
y en ella Martín
por aquellos tiempos
de apeos de labranza,
vertederas y un sinfín
de útiles
que ahora sirven para cubrir
las paredes de museos etnológicos
donde se viene a decir:
restos de útiles
de sociedades agrícolas
que no lograron sobrevivir. 



             XX
LA RUSA POSADERA DE PINAREJO HACIA EL AÑO 1928
Famoso fue el acontecer
que sobre 1928
en Pinarejo ocurrió
pues murió ahogada
en una tinaja
una tal La Rusa"
y en el cementerio
sin sepultar se dejó
a expensas de la debida certificación.

Allí en el cementerio
la difunta quedó
y El Pelliquero, alguacil mayor,
le ocurrió
que estando a solas
con la Rusa
una ráfaga de viento
las sayas le levantó
y lo envolvió.

Tal fue el susto
que el Pelliquero se llevó
que llegó
llorando y suplicando
por Jesucristo, Nuestro Señor,
hasta casa del juez de paz,
Eugenio Navarro Alarcón.

Con tal de resolver la intriga
una comitiva se formó
y allí en el cementerio se certificó
que la Rusa estaba muerta
y todo se había debido a un error
y al miedo del Pelliquero
que vio más de lo que la vista le enseñó. 



                    XXI
DE LO QUE VINO A PASAR EN PINAREJO Y EL CASTILLO COMO CONSECUENCIA DE UNA ROGATIVA PARA PEDIR AGUA.
Dicen que en Pinarejo
y en el Castillo, cercano lugar,
por llover no llovía
y que tal fue la necesidad
por aquellos días,
de hace más de 60 años ya,
que alguien pensó en juntar
a un santo y una santa
con el fin de rogar
y pedir agua
con la que alimentar
a los campos secos
y a punto de reventar.

Pensado y hecho.
Ya sobre el lugar
los de Pinarejo y los del Castillo
se pusieron a rezar
y con tal devoción lo hicieron,
nadie sabe si fue culpa
de Santa Águeda o de San Juan
que comenzó a granizar
piedras más grandes
que los huevos de cualquier animal.

Total hubo que declarar
a toda la zona
de emergencia nacional
por la que se va a liar
sin ningún tipo de necesidad.

Ya no se ha vuelto
a invocar
a tanto santo y santa
en dichos lugares,
creo yo recordar,
y si alguno lo hace
pone mucho tiento en su rezar
no fuera el caso
que en vez de caer agua
venga otra vez a granizar
y se vaya todo a hacer puñetas
tal y como vino a pasar
por aquellos años de tanto pesar.

Dicen los del Castillo
que todo fue una casualidad
y los de Pinarejo se recelan
que fue fruto de una venganza
sin igual
de San Juan
por darle Santa Águeda nones
a un santo que de tanto trabajar
repartiendo agua en el río Jordán
debería estar
en una pecera
y no en el santoral 


                 XXII
EN PINAREJO HAY UNA FUENTE.
En Pinarejo hay una fuente
en la provincia de Cuenca
sin igual,
ya quisiera la Cibeles lanzar
agua con tanta intensidad
y estar en una plaza
de Pinarejo su mejor lugar.

Fuentes como esta
son difíciles de encontrar
en una tierra sedienta
que ve desde siempre el agua pasar
camino de otros lugares
para dar bienestar,
trabajo y prosperidad.

Agua, cielo, sol y eternidad
me lleva el silencio
de una noche a destacar
que en Pinarejo hay una fuente
y que en aquel lugar
el agua brota para recordar
que los pueblos de la Mancha
tienen derecho a participar
de ese festín
que es el ver el agua cantar
de dicha y felicidad
por nacer y morir
sin nada más que reclamar
en el mismo lugar
en que la providencia la vino a engendrar
para gozo de todos aquellos
que la quieren contemplar
en medio de una paz
que sabe a gloria divina
si la sabemos disfrutar.
  

           XXIII
LA TIENDA DE ADELAIDO
En aquella tienda de Adelaido
te podías encontrar
desde sardinas de bota
hasta cualquier cosa
que uno se pueda imaginar,
albarcas para ir al campo a labrar,
caballa en escabeche,
bacalao a punto de momificar,
zapatos para enseñar
en los días de fiestas y para de contar,
y de vez en cuando
chucherías baratas
de aquellas que valían
menos de un real
y servían para endulzar
nuestras ávidas bocas
acostumbradas a mascar
raíces del paleduzar.

Todo en la tienda de Adelaido,
tendero ejemplar,
es digno de recordar
y a ella acudían nuestras madres
como quien ahora va
a las grandes superficies
a llenar los carros sin pensar
que la mitad de lo que se compra
no sirve para "na"

¿Será de aquellas privaciones
el que ahora nos vengan
estos impulsos de arrasar
con todo lo que pillamos
sin pensar muchas veces
lo que cuestan de ganar?

Aquella tienda de Adelaido
era como un pequeño paraíso terrenal
con el cual sonábamos
por aquellos días cercanos a la Navidad
pues a lo visto
los Reyes Magos pasaban por el lugar
y la tienda les servía de angar
en el cual dejar los renos y trineos,
juguetes y ropa con que ilusionar
nuestros días ya perdidos
en una angosta senda
que nos encamina a todos
hacia un mismo lugar
del cual por ahora, creanme,
no quiero ni de ello hablar
y menos pensar.

Yo recuerdo a Adelaido
detrás de un mostrador
de madera de nogal
sirviendo a la clientela
con ganas y profesionalidad
y cambiando huevos por caballa
o cualquier otro artículo
con que compensar
el trueque de mercancías
de aquella España Pre-Constitucional
en que mandaba un general
con más poder que la Santísima Trinidad. 


                      XXIV
A LOS ALBAÑILES DE PINAREJO
Albañiles de sagrado oficio
y mucho pesar
los hubo y hay en Pinarejo
y en honor a la verdad
después de ayudar a desescombrar
una cámara y dejarla pelá
me acuerdo de Vicente Mota (El Baulete)
quien por mi casa
también debió andar
haciendo remiendos
y algún que otro jornal
en recomponer tejados
y echar pellas
por aquí y por allá.

Loable su trabajo
¡que barbaridad!
como las casas aguantaban
sin necesidad
de algo más que no fuera
el ingenio y la sagacidad
de aquellos maestros de obras
que sabían más
de lo que muchos se pueden pensar.

Vigas maestras,
tabiques de papel de fumar,
rellenos de yeso
y de adobe de un quintal
creo recordar
haber visto por más de un lugar
y todos aguantaban
como queriéndonos recordar
que allí los pusieron
manos que amasaban el yeso
como quien amasa harina para hacer pan
por toda la eternidad. 



          XXV

LAS VIEJAS CÁMARAS DE LAS CASAS
En las viejas cámaras hay vida
mientras no se vienen a tocar
luego todo se esfuma y se va
como si el mundo se apagará
y algo te faltará ya.

Unos libros de la infancia,
unas tijeras de podar,
un búcaro sin nada más
que polvo en su interior
y la alegría de reinar
allí en lo alto
desde hace ya de esto media eternidad.

Todo en las cámaras
tiene su significado
y los objetos allí están
esperando de una resurrección
que en muchos casos
tardará en llegar.

Las cámaras son
el lugar ideal para recordar
aquellos días pasados
que en Pinarejo uno llegó a pasar
y ahora cuando ves
todo aquello que te era familiar
te vienen a la memoria instantáneas
que te llenan de felicidad
pues te sirven para volver a los brazos
de quien te dio la vida
sin nada que pedir y sin nada porque rogar. 



                  XXVI
ANGEL EL PASTOR
Por El Cañavate dice que va
feliz con sus ovejas
y dos mastines
que le ayudan
en esa faena de traginar
de un lado hacia otro
buscando buenos pastos
con que alimentar
a esas especies ovinas manchegas
que de vez en cuando divisas al pasar
cerca de los barbechos
o de cualquier lugar
donde el pastor las ha puesto a estabular.

De todos los oficios
este de pastor
es de los que más ayudan
al hombre a pensar
que en lo cotidiano
está la verdadera felicidad.

Ángel de Pinarejo es pastor
porque le va
el vivir la vida más allá
de esas creencia que hay
en que el dinero trae la felicidad.

Después de una larga jornada
una clara es lo que mejor va
en aliviar la sed
y reencontrar la paz
y sobretodo para descansar
pues la faena es grande
y si te descuidas
y te dejas llevar
no hay pastor que pueda aguantar
más de 6 horas sin oír
a sus ovejas balar.

Por Ángel va esta poesía
vecino en algo más
que decir buenas noches
y preguntar ¿como estás? 



           XXVII
LA NOCHE DE PINAREJO CON SUS SILENCIOS
La noche con sus silencios
me ayudan a pensar
y a eso de las 4 de la mañana
me despierto
y mi mente se pone a recordar.

Son los grandes silencios
de las noches de Pinarejo
los que me llevan
de aquí hacia allá
y gracias a ellos me encuentro
con esa paz necesaria
para comenzar
el nuevo día
con ganas de trabajar.

Las noches largas
en Pinarejo
esconden algo más
que intervalos de tiempo
de esos que nunca más
volverás a caminar.

Silencios de otros tiempos,
silencios y nada más,
silencios como losas,
silencios que hacen temblar
en una calle que lleva
hacia otro lugar
a poco que te detengas
y a poco
que te pongas a pensar. 


Autor: José Vte. Navarro Rubio 

lunes, 17 de septiembre de 2012

ARMILLITA IV DOS OREJAS Y RABO EN LAS FIESTAS DE PINAREJO (CUENCA) ESPAÑA

Otra tarde de orejas y rabo para Armillita IV

Tras una magnífica faena, Fermín Espinosa, "Armillita IV" cortó los máximos trofeos. (hidrocalidodigital)
13/09/2012 13:44:38 Otra tarde de orejas y rabo fue la que consiguió en el festival taurino económico celebrado en Pinarejo, provincia de Cuenca, el novillero sin caballos aguascalentense Fermín Espinosa “Armillita”, quien ha realizado la que hasta el momento ha sido la mejor faena por ruedos españoles al cuajar un buen novillo del hierro de Sonia González, hermana del matador en retiro Damaso González.
Según el reporte telefónico recibido en la redacción de HIDROCALIDO, la plaza registró un lleno y los astados lidiados resultaron buenos todos, siendo materia prima de calidad para que los actuantes pudieran lucirse con su particular estilo de hacer el toreo.
Fermín IV ha tenido una actuación plena de aroma fino y con “las musas y los duendes del arte” en la arena desde que se abrió de capa para lancear a la verónica bellamente y terminar con media con el sello de la casa.
Quitó luego por ajustadas chicuelinas donde hubo cadencia y sabor, soltando la punta de su capote para lograr una larga cordobesa de muchos kilates.
Con suaves doblones a media altura inició su actuación de muleta para llevar a los medios al astado, que dio un peso de 420 kilos, inspirándose a lo grande para ligar muletazos por derecha con la mano baja y un temple único, rematando siempre con torería en los de pecho.
Si con la diestra ha estado enorme, por naturales ha estado cumbre ya que desde el primero que pegó le tomó el tiempo exacto en cada pase para conseguir lentos muletazos con mucho reposo, trazo y sentimiento que calaron a lo grande en los tendidos, molinete ligado con el de trinchera para retomar por derecho donde logró dos tandas en redondo, la trincherilla y el desdén fueron adornos de muy buen gusto, para pegar estatuarios como final de faena e irse por derecho con la espada dejando el corazón en la suerte que echó patas para arriba al novillo y entre una gran ovación y gritos de ¡torero, torero!, recibir los máximos trofeos para dar triunfal vuelta al ruedo.
Sus alternantes fueron Mario Soto quien cortó dos orejas y Pedro Jesús quien también cortó las orejas y el rabo de su socio para compartir el triunfo y la salida a hombros.
hidrocalidodigital
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