Comentario
San Antonio Abad es el patrón de las enfermedades de la piel:
quemaduras, llagas, etc. Había una enfermedad, el "fuego de San Antonio" o
ergotosis, particularmente dolorosa y grave, pues podía producir gangrena y la
muerte del enfermo. Este mal se trataba con grasa de cerdo sobre las llagas. El
hospital mercedario para cuya Orden se pintó este lienzo criaba cerdos para tal
fin. Estos animales gozaban de privilegios parecidos a los de las vacas sagradas
de la India: campaban por sus respetos y no podían ser tocados. Para
distinguirlos se les colgaban unas campanillas que indicaban su destino. En este
cuadro observamos un cerdo que acompaña al santo protector, como símbolo de sus
poderes curativos. El santo, sin embargo, mira al cielo, del que procede en
última instancia la curación. Zurbarán ha realizado un magnífico lienzo con el
tema de San Antonio, pintándonos a un creíble anciano con su hábito marrón y
blanco, apoyado en un cayado por efecto de la ancianidad e intercediendo entre
Dios y los enfermos que acudían a pedir su protección. Su figura destaca gracias
a los dos "telones" oscuros que le enmarcan, en forma de vegetación. La línea
del horizonte, por otro lado, está muy baja, lo que resalta la silueta del santo
varón contra el cielo de color claro. Esta técnica fue muy usada por Zurbarán y
otros pintores como el valenciano Ribera.
Animales por la calle,
gruñidos y ladridos
y de vez en cuando algún gemido
de esos tempraneros amigos y amigas
que en este día de San Antonio Abad
pasan camino de recibir con un hisopo
aire divino.
En la calle queda
después de este mundanal ruido
un olor postizo
a todo aquello
que tiene que ver más con lo humano
que con este santoral tan matutino.
Mi perro mira,
no entiende mucho del asunto,
pero cuando ve a una perra
camino de recibir su bautismo
se pone chusco
al tiempo que se relame y tira de la correa
como queriendo decir:
Me voy detrás de ella
que de esto yo se mucho.
Autor de la poesía: José Vte. Navarro Rubio
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