Cerré el diario,
casi
lo maldecí,
sujeto
sin pasiones
sus páginas
animaban
a que sus crónicas.
vinieran a morir
allí donde fijaba la vista
hasta que descubrí
un pequeño arlequín
decir
que tuviera cuidado
pues
estaba concebido
para infligir
penas y dolores
de las que era
muy difícil salir.
Reposa el diario
desde entones
sin abrir
y a pesar de ello
atino a recordar
desde aquel día
en que me tope
con el arlequín
que las urgencias rurales
cierran para 100.000
castellano-manchegos
y volví a sentir
la necesidad de abrir el diario
y maldecir
a esa canallesca de políticos
que se .los llevan a sacos
y nos dejan
sin ambulancias, médicos
y hasta sin candil
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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