sábado, 26 de enero de 2013
POESÍA: DE CHORIZOS, MORCILLAS Y MAYOS
Cual cuadro de Picasso
los chorizos de mi pueblo
colgaban de palos
como si fueran títulos nobiliarios
de duques empalmados
que se llevan la gita, la pela y los chavos
al otro mundo para disfrutarlos.
Buenos los chorizos
el gorrino, pobre de él lo mataron
y con sus carnes hicieron
de todo un poco
para pasar el año.
Morcillas de cebollas
en la chimenea curando
y en la orza
entre aceite frito
y sebo para taponar un encaño
costillas y magras flotando
como si fueran icebergs
a la deriva
en el océano atlántico estancados.
¿Que vida pasamos?
añorando de lo que no comíamos,
pensando como pasar el rato,
jugando al escondite
y bañándonos
en aquella poza del Charcón
con vistas a los trigos ya segados,
a las tierras muertas de espasmos
y a los cerros gordos
con pedruscos del tamaño
de un melón
de esos que llaman de todo el año.
Por la calle Cantarranas
arriba y abajo,
el pueblo de Pinarejo,
oye en vez de cantares de renacuajos,
mayos y cencerros
de jóvenes enamorados
que ya el sudor
sobre la frente seco
como un clavo pegado
se disponen a afinar la garganta
y lanzar al aire algún cantar
por sus padre y abuelos
tantas veces recitado
que no hay piedra en el pueblo
que no se sepa de memoria
algún párrafo.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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