Gallo de Compostela o de la Coruña,
concha de peregrino,
calzado de Almansa, Elche y de de todas a una
pies para andar desde los Pirineos
bajando y subiendo cuestas
por sendas y caminos de herradura
siempre de noche, siempre de día,
como si el santo de un campo de estrellas
tuviera una fortuna
y yo peregrino
en esta España con tantas iglesias y curas
fuera un cristiano devoto
que quisiera comulgar sus culpas
y pedir a Santiago
que empuñe su arma
no contra los que no tienen
que no es suya la culpa
sino contra ese rebaño de ladrones
con cara de no haber roto un plato en su vida
que se pasan por el forro de sus caprichos
lo que se les diga
venga de donde venga
y sea de la forma que sea la biblia sobre la cual ellos juran.
En España desde los tiempos de los godos
aquellos que defendían a capa y espada
media España bendecida
no ha habido más altura
que la de los montes con carrascas
y las montañas con nieve que parecen sacadas de una pintura.
Gallos con espolones cual cuchillas
y con picos
que se llevan tras de si una costura
hacen falta en esta España
de la cual sino hay buenas curas
quedará para las generaciones futuras
con muchas tierras sin cultivar,
con muchas cerradas industrias,
con muchas cuentas en Suiza
ycon muchos peregrinos viajando
hasta la Coruña
para pedir a ese santo
que se suba a brioso caballo y con espada en alto
meta a manos de un desarmado en cintura.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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