Desamor, lujuria,
o avaricia,
eso les unía
a unos por dar y quedarse
y a los otros por tocar
lo que ellos creían
que eran estrellas
y luceros
y a lo visto
son luces eclipsadas
por la corrupción en la política
y en la economía.
El charco salpica
y en él
si caes
eres víctima
pues sus aguas son pestilentes
y en ellas cohabitan
escorpiones y sabandijas.
La noche y el día
y en la arena del tiempo
si te da por mirar
sombras oscuras
se comerán tu vista
entre besos de amor,
lagrimas vivas,
olor a muerte
y hartazgo de moscas cojoneras
salpicando el espacio
de zig, zag's
con sus alas dimutas.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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