Si aun siendo rey
hubiera sido vasallo,
si aun queriendo morir
hubiera elegido otra muerte
que no la que tuvo
a pies de caballos,
si queriendo yacer
hubiera querido
un florido jardín de nardos,
si todo por ser
hubiera podido ser así determinado
el Rey Ricardo III
no nos hubiera encantado
y ahora estaríamos hablando
de otra cosa
y no de este caso tan inesperado
de un rey casi desnucado
que apareció bajo un aparcamiento
a los quinientos años
como si hubiera sido
el chasis de un coche abandonado.
Yacía bajo el suelo
medio inclinado,
espalda contra la tierra
y cabeza de lado
como si estuviera esperando
que un Tudor viniera
hasta ese retiro obligado
para colocar una flor
junto a su esqueleto desmembrado.
Cuando los Reyes mueren
a veces son tratados como villanos
y este es el caso de un Rey no de reyes
sino tullido y maltratado
que defendió cara su vida
y cuando le dieron para huir un caballo
dijo que no
y se dispuso
como está mandado
para ser
en el campo de batalla de Bosworth
muerto como un jabato.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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