Caerá la fruta sin que haga falta
que los calores le vengan
a lavar la cara
y lo hará poco a poco
y a desgana
ya sea en invierno o verano,
otoño, primavera o para la Pascua.
La fruta en el árbol
crece y grana
y para cuando llegan las cogidas
en la boca se hace agua,
pero esta fruta de la que hablo
no tiene nada que ver
con esa otra
que en la poesía se trata.
De frutas hablamos
y en ello me entran ganas
de comerme una naranja,
un pomelo o una manzana
a la hora cierta
en que algunos
dan vueltas a esa ensalada
de sobres, dinero, facturas falsas,
cuentas en Suiza, legalizaciones falsas
y tantas y tantas historias
que entran ganas
de pegar un portazo a la puerta
y con cara destemplada
decir lo que a uno le venga en gana.
De esta historia hay para todos
pimienta, sal
y si en ello
hace falta
todo tipo de condimentos
con que hacer la comida más sabrosa
y la pelota más ancha.
Sabemos a fe cierta
lo que pasa
y sabremos si nada falla
donde están los dineros
y quienes de ellos vivieron una larga temporada.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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