Avanzan como si fueran
en la noche niebla,
avanzan quemando los campos,
secando hasta la hierba,
levantando los caminos
y comiéndose hasta las estrellas,
avanzan como si fueran,
en estas tierras de hombres y mujeres nacidos para morir sin mas historias ni leyendas,
aguas finas y aguas lentas
de riachuelos que descienden hundiendo su cuerpo y saltando de peña en peña
y en su avance a la desesperada
con luna muerta, viva y llena
se me vienen hasta mis brazos los recuerdos de aquella época
y ni el sueño ni las ganas de dormir la siesta
pueden con esas otras ansias
de ver como los días avanzan
mientras a mi se me secan hasta las venas.
Avanza, amigo avanza,
avanza, amiga, avanza,
avanza la muerte que se queda quieta ante mi puerta
y en su avance tocan las campanas,
y en su avance lloran los que velan,
y en su avance que no es otra cosa que plegarias y velas encendidas en una noche negra
uno siente que la vida ya no llena
pues los días ya no vienen a dormir junto a mi cama
sin más música
que la que un afilador hace sonar cuando saca filo a unas tijeras.
Avanza el poema
sin ganas
y a destiempo
como si a estas horas
de una noche cualquiera
el agua que cae
y la niebla
fueran parte de otro invierno
ahora que se acerca la primavera.
En un pozo caen las esperanzas,
negro y sin aguas
allí abajo uno se estrella
y en ese pozo
de aguas tan negras como los tizones en una chimenea
surge una esperanza
cuando la lluvia golpea
su brocal
que de tanto ser posadera
tiene su superficie comida
como si fuera
un pan en la boca de un niño
que no lo suelta
pues el hambre aprieta.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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