Alli estaba,
era él,
un monstruo
rodeado de cables
que alguien quería
vender
sin saber que Frankenstein
solo era una novela
con pinta de convertirse
en el reactivismo revolucionario
que hay que emprender
para acabar con los favores prestados
y volver a nacer
aunque en esa nueva vida
haga falta algo más de sustancia
con la cual arremeter
contra los pilares de la historia
y contra las teorias de un Lucifer
que nos viene a intimidar
desde antes de venir a nacer.
Pareadas guatedas
tonifican mi ser
y me llevan sin querer
a unos años perdidos
de los cuales uno vino a aprender
que en la ficción
todo puede ser
desde caballos volando con alas de papel,
hasta brujas portedoras
que en el firmamento vienen a correr
por autipistas que no se pueden ver,
hasta generales sedientos
de volver a tocar las castañas
a los que intentan parecer
sedientos de libertades y de fe
en proyectos nacionalistas
que se diluyen en una pared
pintada con gotele
lo cual me hace creer
que la belleza no es un estado del ser
y que apostar por la ficción
es como pregonar que la brevedad
tiene gran poder
por lo que se dice
y por lo que uno puede entender.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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