sábado, 13 de abril de 2013

ARTÍCULOS Y COMENTARIOS DE BUSCARINI EN LA PRENSA DEL MOMENTO

PUBLICADO EN LA UNIÓN ILUSTRADA EL 13 DE MAYO DE 1923 POR ARMANDO BUSCARINI

                                          LOS DÍAS DEL HOSPITAL


I

Las salas son abovedadas, con una claraboya; altas paredes blanqueadas, desnudas ; las ventanas se abren a la altura del techo con pronunciados salientes perpendiculares.

Las camas, alineadas, con su numeración correlativa, separadas por una mesilla discreta adosada a la
pared.

Predomina el color rojo, anaranjado sangriento, de las colchas que cubren los camastros.

Esta es una sala del Hospital de San Juan de Dios.

II

El número 65 es un pobre niño enfermo del lupus.
Una parálisis crónica le tiene postrado desde hace tres años, silencioso, inmóvil, tímido. Este niño parece un castigo de la crueldad de los hombres.
En la sala le llaman el Manco, por derivarse este nombre de un hermano suyo que ha perdido un brazo en la guerra y es la única persona que le visita.
Las monjitas le prodigan caricias y le recalan estampas.
El pobre niño sonríe con una mirada de gratitud.

III

Hay otros niños en la sala. Tienen tiña. Son hijos áe\ desamor, arrojados allí impíamente por las ergástulas del vicio y la concupiscencia.
Estos niños me daban mucha lástima. Las monjas les ocupan en obligaciones del hospital. Cuando no están ocupados corren y saltan por las salas, alegrando con sus risas y vocecitas la tristeza de los enfermos, impedidos, convalecientes, deshauciados...

IV

Mielitis os el decano de la sala. Su nombre es un derivado de la enfermedad que padece. Un envaramiento crónico le postró en el lecho durante muchos meses, hasta que la mano milagrosa de la ciencia consiguió dar elasticidad a sus miembros muertos.

Mielitis atiende a la cura de los enfermos con .amorosa solicitud y es por rara paradoja el suplemento de un practicante a sueldo sin muchas pretensiones.

Los enfermos le quieren y regalan presentes.

V

Don Felipe Sicilia es un hombre excepcional. Su extraña manía consiste en ser bueno.

Yo le creo un apóstol del siglo; sus dotes personalísimas en la profesión que ocupa y honra en maridaje con sus sentimientos en favor de los enfermos y desvalidos, acreditan su nobleza magnánima.

Los enfermos le quieren y  respetan sintiéndose atraídos por él bajo un influjo de magnetismo.

Don Felipe Sicilia "Traspaderne" es un hombre consagrado con profunda conciencia a la profesión;. él bucea y escruta en las lacras de sus enfermos y sus manos sagradas palpan y tantean todas las miserias mortales.

VI

El día que llegué al hospital coincidió la llegada de un carruaje de Sanidad ambulante que conducía en
camilla a un muchacho paralítico.

Le habían recogido en la estación, donde unos parientes sin escrúpulos, le abandonaron como un fardo.

Fue imposible lograr su filiación; postrado en el suelo, el comisario le abordó con preguntas :
—¿De dónde eres?
El paralítico silabeaba las palabras.
-—Ed... Ba... o... man...
No era posible descifrar su expresión. Tenía una parálisis en la lengua.

VII
Los enfermos se aburren mucho durante el día: Carecen de un biblioteca para ilustrarse. Los diarios que llegan por la mañana se leen repetidas veces.

En los hospitales debe haber una biblioteca para fomentar en los enfermas el sentimiento de la cultura.
Armando Buscarini.


Traspaderne está añadido por José Vte. Navarro Rubio

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