jueves, 4 de abril de 2013

POESÍA: SOMBRAS EN LA VIDA DE BUSCARINI



Un 21 de julio de 1920, con 16 años recién cumplidos, tras componer Armando Buscarini un folleto titulado: "Sombras", dedicado a D Álvaro Alcalá Galiano, Conde del Real Aprecio, intentará suicidarse, arrojándose desde el viaducto de la calle Segovia en Madrid. Fallido el intento por la intervención de la policía Buscarini será criticado en la prensa local. Más tarde ese mismo año publicará "Cancionero del Arroyo" con introducción de Joaquín Dicenta (hijo) y prólogo de Andrés González Blanco y unas cuantas poesías de Buscarini. Precede a los versos un autoretrato de Buscari en forma de "confesión sincera". 

De ese intento de suicidio, y de esos días del mes de julio de 1920, he compuesto la siguiente poesía::

Como si la muerte fuera
algo más que perder la vida
a Armando Buscarini le gustaba
con ocasión de alguna edición 
de nuevas poesías
anunciar su muerte repentina
y en todo esto los hubo
pero que muy dados a la ironía
que en vez de sentir pena del poeta 
que así mismo se maldecía
lo criticaban con especial saña destructiva.

16 años recién cumplidos
Armando Buscarini tenía
y unas "Sombras" vagando
en un tintero seco en una buhardilla
cuando el poeta agobiado 
por una tristeza repentina
avisó con quitarse la vida
allí donde un viaducto servía
de lugar de distracción a los suicidas
que en Madrid 
de vez en cuando surgían
con olores a a cipreses de cementerio 
y a cera de un cirio derretida.

Para esa edad Buscarini 
ya escribía
y por su mente andaba 
como un duende 
en un barco a la deriva
un "Cancionero del Arroyo"
que supongo no sería
el que que corría 
por debajo de ese viaducto
al que se encaramaban los suicidas
para dejar su huella casi escrita
sobre el granito de aquella calle
que desde arriba
¡Quien sabe lo que parecía!

Infortunio y desdicha
Buscarini se sentía
como un ave herida
cuando recibe el golpe seco de una saeta
sin aviso alguno que le diga
de donde esta venía.

Quizás en el metro,
como algunos de sus detractores presumía,
Buscarini hubiera tenido más fortuna
en sus intentos suicidas,
menos mal -albricias-
que dentro de sus repentinos 
ataques de locura
siempre avisaba -por si acaso-
y siempre recibía ayuda
y a ello se debe
que nos haya llegado
esa obra suya
densa en lo que pudo
pues corta fue su existencia
y muy productiva
en lo que tiene que ver
con el retrato que nos dejó de una época
y de su propia vida.

Autor: José Vte. Navarro Rubio


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