Mar y civilizado
es nuestro mar
y se llama Mediterraneo
y en eso de amar
se dejó llevar
por la hermosa Europa
que la venía a tocar
desde las costas de Italia, Francia, España
y por ejemplo
y para no continuar
también Portugal
y se dejó y por qué no también acariciar
por África y Asia
y más allá
por esos ríos que vienen hasta ella
para descargar
su pesada carga de materias orgánicas
y de aguas dulces al paladar.
Mar de los fenicios
que por el navegaban para mercar
hasta las columnas de Hércules
y no más allá
por ese miedo a lo desconocido
del cual se contaban aventuras
de las cuales ningún nacido había oído jamás hablar.
El Mediterraneo era
y es mar
en tiempos de guerras
y de largos periodos de paz
en que las soleadas riberas
se llenaban a rebosar
de hombres y mujeres dispuestos a labrar
hechos culturales
con los que inmortalizar
su alma mediterranea y su pensamiento circunscrito
a ese tan concreto espacio natural.
Entre batallas como la de Lepanto
o del cabo Ecnomo, Aboukir o Anzio
se me olvidaba la de Trafalgar.
en el que en el Mediterraneo se venían a vomitar
los odios de los pueblos
condenados a estar
siempre con las espadas en alto
y los cañones dispuestos a disparar
desde tierra o desde el mar.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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