Nace la luz
sin sol ni luna
y las mandarinas quedan cautivas
en un escenario
de colores cual a su deriva
como bajel en la mar brava
con piratas tomando una isla.
Penetra la luz
comida de colores y en ello altiva
y me abre la mirada
entre melodías
a un mundo que me cautiva
y en la tarde
ciega y con temple
sin toros ni fútbol,
solo poesía
a la espera de que los colores
que sobre el marco se adivinan
salgan y me atrapen
como si fueran una telaraña
con su araña incluida
contemplo a dos mandarinas,
una desnuda
y la otra, más recatada,
revestida,
con su piel anaranjada
y con sus hojas caídas
en señal de melancolía.
¿Quién me mira?
¿Quién encuentra ahora alegrías?
¿De quién es la gracia,
y de quién el don
de ser en una tarde ya caída
como el naranjo en el campo
ahora ya en flor,
primavera en la vida.
Sin otra cosa que no sea
venirme hasta aquí
donde el mundo gravita
entorno al arte, música y poesía
me vengo a decir
mis últimas palabras
que sirven para manifestar
mi enhorabuena al artista.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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