Ahora y en Pinarejo
ya la cabra estaría a punto de ordeñar
al son de las campanas
de esa iglesia tan particular
donde se guarda la imagen
de la santa Águeda, patrona del lugar.
Ahora en Pinarejo
las eras ya no sirven para trillar
ni se oyen casi niños y niñas jugar
en la plaza del pueblo
ni en la Veguilla
ni en cualquier otro lugar
ya sean eras o corrales o calles del lugar.
Ahora y en Pinarejo
el puchero en la lumbre
gime sin cesar
como si estuviera a punto de reventar
de fuertes dolores de vientre
imposibles de curar
con la medicina tradicional.
Ahora y en Pinarejo
hay toros en la Plaza
y un maletilla salta sin pensar
que si le pilla el astado
ni Dios lo salvará
por mucho que a él se encomiende
y por mucho que le de por rezar.
Ahora y en Pinarejo
veo la sombra de un avión por encima de mi cabeza pasar
y como si fuera un chiquillo
que arrastra un aro de metal
me voy corriendo detrás de él
como si lo quisiera pillar.
Ahora y en Pinarejo
ese bonito lugar
en cual nací y al cual
suelo dedicar
gran parte de este blog
sin pensar
en otra cosa que no sea
llenarme de felicidad
añorando la tierra que quiero
y a la cual
de vez en cuando suelo regresar.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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