martes, 18 de junio de 2013

POESÍA: HISTORIA DE PINAREJO TAL Y COMO A MI ME LA CONTARON X


                      X
Pues muy bien,
era y es,
que localizados
por hombres de buena fe
donde estaban los mojones
tocaba saber
de esa tarta o pastel
que parte le correspondía a cada pinarejero o pinarejera, vaya usted a saber,
en lo que se refiere al repartimiento
y es que la Corona
tenía mucho interés
en eso que se llamaba ejercer
de recaudador de los bienes de sus súbditos desde aquel 24 de junio de 1765
en que vino a caer en manos que no daban ni de beber

¿Y bien ahora que tocaba hacer?

 Avanzaba el mes de julio
y en atención a lo mucho que en ello se jugaba el Rey
faltaba colocar en su casa y calle a todo aquel vecino de Pinarejo
que figuraba en la relación que tenía en su poder
Don Ignacio de Hermosilla, Secretario del Consejo de su majestad el Rey.

Así fue
que se comenzó en aquel 3 de julio a relacionarse las casas con sus vecinos
sin dejar pajar por remover,
y tocó comenzar ¿no se el por qué?
por la Plaza de Pinarejo
que daba gusto de ver
con sus pino imponente
y su pozo de agua de beber
que tenía más caños que los que se pueden contar con las manos y los pies
y de aquí se partió en esa definición
de casas por aquí y por doquier
a las calle de las Eras en la que yo tengo y casa y la tendré
y como si todo el mundo quisiera agua beber
la siguiente calle en merecer el derecho a ser de las primeras en plasmarse sobre el papel
fue la de la Veguilla ¿ a que no saben el por qué?,
por tener vega y pozo
y por ella correr las cabras y los burros a todo meter
y de aquí
como no podía ser se paso en un menester
a la calle de Santa Ana
que salía desde la Plaza y llegaba hasta donde todos sabemos que esa calle lo viene a ser.

Por tener cura el pueblo y en ella casa también
la calle del Cura no se puede dejar de poner
en un documento tan importante como este al cual me he referido queriendo y sen querer
y ahora conmigo en la Calle Nueva nos tenemos que ver
y después a la del Hospital
que en Pinarejo debió de ser
de armas temer
y de esta forma tan elocuente
he venido a caer a la calle del Horno Viejo
donde los troncos de encina daban sabor al pan de cocer
y por no olvidarme no me olvidaré
no se diga después
que este cronista en eso de amasar harina se dejó el Barrio de la Iglesia con tanta fe
o la calle que iba desde la Iglesia hasta la Carrera
como quien sabe que es
nacido en las alturas y en la tierra tiene que ejercer
de pastor de ovejas y cabras por ser
Hijo de Dios, nacido en Belén.

Autor: José Vte. Navarro Rubio


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