domingo, 9 de junio de 2013

POESÍA: EL HACEDOR DE MELANCOLÍAS 1

 Image

Me refugio en la ciudad en la que vivo
y a través de ella descubro
su puerto sin barco alguno y a un grupo de estibadores descargando  baratijas chinas
de esas que cada día nos vienen enviando al paro más absoluto.

La ciudad con la que yo sueño esta llena de mujeres y hombres que piensan por si mismos
y de cafés con sus terrazas donde el tiempo se detiene y no avanza a pesar de que la noche nubla
nuestros destinos.

Esa ciudad,
con sus jardines, plazas, ríos, hospitales,  escuelas para niñas y niños
y salones de té
donde se juega al mus incluido,
es una ciudad pensada para ser habitada en un futuro,
en ese momento justo
en que ya cercano el otoño
y con el tiempo menguando en la escala del uno al infinito
nos entretendremos descifrando como será nuestra partida de este mundo.
                               y
creánme que quiero contarles en estos minutos
cuales son mis planes
para con esa ciudad
y el porqué me entretengo construyendo este montículo de ideas y diáfano discurso
que no repetiré
por mucho que se diga
que  la ciudad con la que yo sueño esta llena de mujeres y hombres que piensan por si mismos
y de cafés con sus terrazas donde el tiempo se detiene y no avanza a pesar de que la noche nubla
nuestros destinos.


La ciudad se llama Nueva York
y fue concebida para ser hogar de indios
hasta que un listo se atribuyo la gloria de quedarse con todas las tierras que habían junto a un río.

Es a esa ciudad
a la cual yo acudo,
de noche en noche
antes de comenzar a hablar de otro asunto
que tiene que ver con Federico Garcia Lorca,
pues en ella creció el poeta
en temple, arte y estilo,
antes de que le pegaran unos asesinos un sinfín de tiros.

Es el suyo, el de Federico,
un libro
que aunque ha andado mucho
todavía está por descubrirse
al igual que un día lo estuvieron las fuentes del Nilo..
                     Ciudad esta es
a la que dedico sin más glorias ni penas
que lo que cuesta ponerse delante de la maquina y pegarle a los dedos de lo lindo
algún que otro rato perdido
y el de ahora es uno de esos instantes de ocio
en un domingo vencido.

Por ello me divierto abriendo el grifo de lo que no queria´decir y
digo
porque es de honrado caballero dar a cada uno lo suyo
y Nueva York en esto fue casa de  muchos republicanos exiliados y fugitivos
que al otro lado de ese océano tan atrevido del cual no me acuerdo si es el Atlántico o  el Indico
hizo de generoso hospicio.
                  
                            Tanto hablar
no alargará más mi discurso
por eso me voy
hasta allí justo
donde una estatua de piedra con una terraza abierta en su frente como si fuera un anfiteatro
de leones y cristianos peleando sobre la arena de un circo
me llama
entre murmullos
y me dice
¡vaya susto,
valiente y astuto
fornicador de poemas
y hombre consumido por las letras que se esconden en un libro!

¡Vente hasta mi
y sube de inmediato hasta este occipital abierto como ventana al mundo
y aquí sin más que hacer que mirar hacia el suelo cubierto de mármol y granito
podrás comprobar que en Nueva York no hay más murmullo
que el que lanzan los vendedores de perritos calientes que echan mucho humo!

Por favor taxista puede parar
 junto al arcén
que que vea como vomita la ciudad luces de neón y humo.

Pare,
taxista, pare, por Dios bendito,
que no me queda ni un dolar en los bolsillos
con que pagar esta carrera
que no me lleva a ningún sitio.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...