sábado, 8 de junio de 2013

POESÍA: MIGUEL HERNANDEZ Y SU ÚLTIMO SUSPIRO



Cuando murió Miguel Hernández
en el cielo ya de luto
sonaba un repetido estribillo:

"Muero defendiendo la patria
por la cual siento
algo más que cariño".

En un mar abierto
que se rompe
entre murmullos
a pocos metros
de la celda
con camastro incluido
donde la sangre
se cuajaba
sobre los fríos ladrillos
Miguel Hernández muere
no a sable, pistola
o cuchillo
sino por ser fiel
a sus principios
de soldado
de la II República
y poeta
por el pueblo bendecido
que aun temiendo a la muerte
quiere con su sacrificio
demostrar al mundo entero
que honra y palabra
forman parte del mismo libro.

En una ciudad
con castillo
abierta al mar
y al interior de un territorio bendecido
por ser todo el junto
ultima morada y panteón
de un hombre que muere defendiendo lo que el cree que es justo
se oye un repetido estribillo
que vaga por las vegas
desde Orihuela hasta el mismísimo
palmeral de Elche
cuna de una dama
y de una cultura que se desarrolló allí mismo.

Ya muerto el poeta,
ya el silencio más absoluto,
ya pasado el tiempo,
ya de vuelta entre libertades en un limbo
Miguel Hernández se crece
 y al igual que la simiente del trigo
se alza sobre los campos
espigando al aire sus versos instructivos
que hablan de otros tiempo
y de unos momentos muy bien definidos
de banderas al aire
en un País que se mató asimismo.

Autor: José Vte. Navarro Rubio






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